Para la industria artesanal
La Cosita Chula es una desarrolladora que invierte en talleres de primera calidad, comercializa e impulsa la innovación de los productores artesanales
Alfredo Próspero Fonseca Reyes trae consigo un paquete bien cerrado. Parece pesado, pues siendo un hombre joven y grande le cuesta ponerlo en la mesa. Lo abre despacio, con cuidado, como si trajera cristales dentro. Es un molcajete tallado, grueso de piedra gris, el cual Alfredo de vez en cuando mira con detenimiento para acariciarlo suavemente como si fuera un gato mientrasplatica.
Este emprendedor explica que el problema con la industria nacional de las artesanías es que pocos son los gobiernos, grandes empresarios y consumidores que comprenden el amor que el verdadero artesano imprime en cada una de sus piezas, y por ello no le dan el valor que merece.
Por eso –dice– decidió dejar su trabajo de oficina y dedicarse de lleno a rescatar del olvido a esta industria mediante su propia empresa.
Como Alfredo la describe, La Cosita Chula es una desarrolladora de la industria artesanal.
Su concepto se basa en tres pilares. Primero, la empresa hace inversiones en talleres artesanales de probada calidad para convertirse en socio. Esto les permite mejorar las capacidades humanas, tecnológicas y financieras de cada taller, así como profundizar el alcance de la relación empresarial con los artesanos.
“Invertimos y vamos haciendo un plan de desarrollo junto con el taller para que vaya creciendo con su mismo flujo, de manera que la inversión se inyecta de nuevo y vaya creciendo conforme lo permita su economía y sus necesidades. No somos sólo una comercializadora, somos socios, estamos en las buenas y en las malas”.
Cada pieza es única, hecha a mano y con un significado en su decoración que se remonta a sus comunidades de origen
El segundo pilar consiste en todo el trabajo de marketing y comercialización de las artesanías, cuidando cumplir con estándares de calidad y haciendo investigación para conocer las demandas reales del mercado y así maximizar las ventas.
El tercer pilar es la innovación en los procesos productivos, que consiste en implementar tecnología y conocimiento en procesos que no generan valor a las artesanías, como la extracción de materias primas, para así dejar que los artesanos dediquen su tiempo a la expresión artística.
“Buscamos hacer un círculo virtuoso que nos permita ser rentables y mantener un ingreso constante a través de las ventas”.
Actualmente La Cosita Chula trabaja con ocho talleres de artesanos dedicados al martillado de piedra, cerámica en distintas técnicas, trabajo de fibras naturales y metálicas.
Sus artesanías buscan dejar atrás la masividad y el poco valor agregado que suele encontrarse en los mercados, y ser, en su lugar, piezas artísticas con una funcionalidad y demanda en la vida diaria.
Así, la empresa ha privilegiado el segmento de la cocina y la decoración con sus platos, servilleteros, salseros, copas, tasas, tortilleros, molcajetes, baúles, ollas y cubiertos; cada pieza es única, hecha a mano y con un significado en su decoración que se remonta a sus comunidades de origen.
Ubicándose en medio de la artesanía informal de calle y la artesanía de lujo, La Cosita Chula busca atacar un rango medio de la pirámide con productos de alta calidad a precios justos.
Para Alfredo, se necesita de más emprendimientos que rescaten el valor del trabajo artesanal, ya que éste se encuentra en grandes problemas ante la llegada de importaciones, explotación de intermediarios, poca originalidad, falta de penetración tecnológica y en general un desinterés de fomentarlo a pesar de su gran importancia económica.
La línea de fondo según este emprendedor es ofrecer bienestar y reconocimiento para los artesanos mexicanos, y al mismo tiempo privilegiar al consumidor nacional en la estrategia de ventas para que obtenga artesanías de primer nivel.
“Un 80 por ciento del mercado de artesanías se va a otros países y como sucede con las frutas y las verduras el 20 por ciento que se queda es el más feo. Nosotros decidimos hacerlo al revés, ofrecer el mejor producto al mexicano en la mejor relación calidad-precio que pudimos y así diferenciarnos.