Problemas financieros, una causa de los divorcios
Compartir el dinero puede ocasionar disputas y resentimientos, no por nada la negativa a contribuir al sostén del hogar es una de las 10 principales causas de divorcio, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi); de ahí la trascendencia de aprender a organizar las finanzas en pareja.
Para determinar la aportación del ingreso de cada uno al hogar, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda hacer un presupuesto bajo el modelo “lo tuyo, lo mío y lo nuestro”, y así mantener independencia económica sin dejar de lado la responsabilidad de los gastos comunes e individuales.
En este sentido, se invita a: recopilar comprobantes de sus gastos; fijar gastos, esto es determinar los gastos fijos y variables de forma mensual; establecer metas a corto, mediano y largo plazo, individuales y en pareja, como ahorrar, viajar, estudiar, comprar una casa, la llegada de hijos o sus necesidades, en caso de que ya los tengan.
Asimismo, considerar inversiones, coberturas de seguros (automóvil, vida, médico, educativo, vivienda, entre otros) y hacer un testamento; y, vez que se tenga una idea de sus ingresos y egresos, es momento de decidir qué pagará cada quien, pero sin perder de vista el potencial de generación de ingresos.
Es importante no claudicar, sino considerarlo como una estrategia para la consolidación de un patrimonio en el que ambos resultarán beneficiados.
Con una comunicación honesta y un plan compartido, la pareja puede abordar, como un equipo, los gastos que enfrenten. En su nivel más básico, un presupuesto les dirá con cuánto dinero disponen y a dónde lo destinarán.
“Las finanzas conjuntas significan algo diferente para cada pareja. No pierdas de vista que ambas partes deben estar de acuerdo con las decisiones que tomen, respetarlas y si no están funcionando replantearlas. Para lograr una mejor distribución del ingreso y el cumplimiento de las metas propias y comunes”, Profeco.