Home office o teletrabajo
“El guerrero que tiene facilidad para adaptarse a lo inesperado es el que vive más tiempo”: Paolini
Los cuatro habitantes de la casa donde sobrevivimos listos para iniciar la jornada, los dos chamacos que cursan el primer año de secundaria, cada uno en su respectiva habitación con sus debidos audífonos y dispuestos para adentrarse al mundo del conocimiento; la dama del hogar en el comedor lista para impartirles administración y recursos humanos a jóvenes universitarios que representan el futuro de este desgastado mundo y acá su servidor en otra habitación acondicionada como oficina y cuidando de no levantar mucho la voz para no distraer a nadie. Todos a punto de empezar y al cuarto para las 8 truena un transformador y se nos va la luz, el caos comienza, bendito home office.
Desde que a ese chino de paladar excéntrico le dio por recetarse ese murciélago en salsa verde y sin refresco para que resbalara (esa es la historia oficial, aunque resulte difícil de creer) y las consecuencias digestivas trajeron como resultado un virus denominado “Covid-19” convertido en pandemia y que puso prácticamente a todo el mundo en jaque, muchas cosas han cambiado. La vida dejó de ser como era, los amigos y la familia se transformaron en seres virtuales, los pupitres de las escuelas dejaron de rechinar y el trabajo o parte de él se realiza desde casa con el nombre de home office o de teletrabajo.
Dentro de los decretos de nuestra Ley Federal del Trabajo se reformó el artículo 311 adicionando capítulos y definiendo el trabajo a domicilio y al teletrabajo entendiendo este último como la forma de organización laboral subordinada consistiendo en el desempeño de actividades remuneradas en lugares distintos a los establecimientos del patrón y que no se requiere la presencia física del trabajador utilizando primordialmente las tecnologías de la información y comunicación. Así mismo se establecen las condiciones y obligaciones bajo esta modalidad, tanto para el patrón como para el trabajador. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) determinó que más del 80% de las empresas están operando a distancia.
El home office, como todo en la vida, tiene sus ventajas y sus desventajas. Por supuesto que es importante el ahorro de gasolina que asume quien labora desde casa, ya que no tiene que trasladarse a ningún lado con su vehículo; también le permite estar más cerca de la familia y comer a sus horas debidas; pero las personas necesitan actividad física y el estar siempre en un mismo lugar desde luego que puede ocasionar ansiedad, sentirse encerrado a la larga trae consecuencias negativas tanto físicas como emocionales. Todo requiere de un equilibrio.
Punto y aparte.
En la gran necesidad de perfiles nuevos en la política de nuestro estado, la Asociación de Editorialistas de Chihuahua tiene entre sus integrantes a dos precandidatos (una dama y un caballero) a puestos de elección popular, los dos de gran capacidad, para ambos mi respaldo solidario, pos luego.
Secretario de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua AC