La vacunación y la escasa atención a las otras enfermedades
El tema predominante en los medios ha sido la vacunación para contrarrestar los efectos de la Covid-19, pero poca ha sido la información que existe sobre el tratamiento a otros padecimientos en los hospitales.
Por ejemplo, el número de trasplantes de órganos en el estado disminuyó notoriamente el año pasado al ser sólo de 24, cuando en 2019 fueron 103 operaciones. La escasez no sólo de atención quirúrgica sino de otros tipos de tratamiento es notoria sobre todo en los nosocomios públicos debido a que han sido destinados a la atención prioritaria del coronavirus.
De poco han servido las protestas de los derechohabientes ante estas y otras carencias como la falta de medicamentos, pues sólo reciben promesas por parte de los encargados del área.
A casi un año de que se diera el primer caso de la Covid-19 en marzo de 2020 en el país y se iniciara la campaña para combatirla, los resultados han sido precarios y poco efectivos, al grado de que México es el tercer país en el mundo en mortandad por la pandemia.
Por ello la esperanza de vacunarse ha sido bastante publicitada, pero no deja de existir la incertidumbre sobre la forma en que se aplicarán las dosis al resto de la población una vez que se haya cubierto al personal médico.
A la par de que se convirtieron en forma presurosa e improvisada una buena parte de los hospitales públicos en áreas para el tratamiento del coronavirus, se omitieron algunos servicios al resto de los pacientes aunque también tuvieran enfermedades de atención continua o urgente.
Si usualmente los espacios sanitarios públicos estaban saturados, sobre todo para operaciones y se tenían que esperar varios meses, ahora es una incógnita la suerte que tienen los dolientes ante la escasez de quirófanos.
Lo mismo pasa con los especialistas de las distintas enfermedades y otros servicios usuales, pues la concentración de la atención es hacia los que padecen Covid-19.
Además de saturar los nosocomios y clínicas los contagiados con el coronavirus, su permanencia les quita no sólo la terapia que requieren otros enfermos, sino hasta las camas disponibles. La tradicional carencia de los servicios públicos de salud se ha visto así agravada por el aumento de tratamientos de la pandemia en detrimento de la atención a los otros padecimientos crónicos.
La pregunta que surge e inquieta a la población es sobre la situación real de los sistemas de salud del país, la cual es sólo conocida continuamente en relación con el avance de la pandemia y no al tratamiento de las otras enfermedades.
La misma publicitada vacunación no deja de tener sus claroscuros, pues se desconocen sus efectos y la falta de comprobación de los mismos debido a que han sido aprobadas como emergentes por los gobiernos más que por sus pruebas y resultados, por lo que no dejan de ser experimentales.
El sector salud estatal y nacional debería ser atendido como prioritario, pues es básico para que funcionen los demás, como el económico y el social. Un buen paso sería que se transparentara más la información sobre la morbilidad y la mortalidad no sólo causadas por el coronavirus, sino también por el resto de las enfermedades que padecemos los mexicanos.
Además de saturar los nosocomios y clínicas los contagiados con el coronavirus, su permanencia les quita no sólo la terapia que requieren otros enfermos, sino hasta las camas disponibles. La tradicional carencia de los servicios públicos de salud se ha visto así agravada por el aumento de tratamientos de la pandemia en detrimento de la atención a los otros padecimientos crónicos.