Mueren 154 sacerdotes católicos por Covid-19
En la pandemia, la institución eclesiástica se preocupa por las infecciones al interior de las casas de religiosos DE LAS AÑOS PANDEMIA AFECTÓ FINANZAS
CDMX. La iglesia católica mexicana vive una situación crítica por la pandemia. De mayo de 2020 a enero de 2021 han fallecido por Covid-19 cinco obispos, 154 sacerdotes, nueve diáconos y cinco religiosas. Cifra que es un subregistro, ya que no se han contabilizado los decesos en varias congregaciones religiosas, de acuerdo con la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial (CCM).
Sobre el tema, la Conferencia del Episcopado Mexicano recordó que desde el año pasado emitieron lineamientos sanitarios para los sacerdotes que atienden fieles con coronavirus. Entre las medidas preventivas están que los sacerdotes mayores de 60 años eviten atender a enfermos de Covid y que aquellos que lo hacen usen equipo de protección (cubrebocas, careta y bata). E incluso que las oraciones
arquidiócesis y diócesis del país se han visto enlutadas por la pandemia
es la edad promedio del clero, lo que significa ser población de riesgo se hagan en la puerta del hospital o vivienda del enfermo para evitar entrar al inmueble. Las estimaciones que se hacen es que el total de fallecimientos en la jerarquía católica se aproxima a los 200. La pandemia, señala el reporte, enlutó así a más de 60 por ciento de las arquidiócesis y diócesis del país.
A la fecha, están internados el arzobispo emérito Norberto Rivera Carrera y el obispo auxiliar de Toluca, Maximino Martínez Miranda. Mientras que los obispos auxiliares de Morelia, Herculano Medina Garfias y Monseñor Carlos Suárez Cázares, están contagiados, pero estables.
Otro tema preocupante para el CCM son las infecciones al interior de las casas de las religiosas y los asilos de ancianos.
En la Conferencia del Episcopado Mexicano seis obispos han dado positivo a Covid-19 este año. Benjamín Castillo Plascencia, obispo de Celaya, el 3 de enero; Juan Armando Pérez Talamantes, obispo auxiliar de Monterrey, el 9 de enero; Maximino Martínez Miranda, obispo auxiliar de Toluca, el 11 de enero.
Norberto Rivera Carrera, arzobispo
El Anuario Pontificio de 2019 señala que la iglesia católica mexicana tiene 11 mil 744 sacerdotes diocesanos y cuatro mil 568 religiosos. La edad promedio del clero es de 60 años; población en riesgo, según la Secretaría de Salud.
De acuerdo con el padre Omar Sotelo, la mayoría de los sacerdotes en el país no cuentan con servicios médicos ni recursos para solventar los gastos de un contagio y sobreviven de las aportaciones y apoyo de sus comunidades.
Con la crisis económica ocasionada por la pandemia y el cierre de los templos, las finanzas de las parroquias se encuentran en quiebra, situación que provocó que los sacerdotes rompieran el confinamiento y salieran a atender a sus fieles para recibir aportaciones y sobrevivir. Y se han contagiado.
Algunos han apostado por las redes sociales, a través de las cuales han logrado ofrecer servicios religiosos por internet y percibir una aportación económica. Pero en las comunidades pobres los curas salen a atender directamente a su feligresía.
El Covid-19 trastocó la vida ordinaria de las parroquias en casi la totalidad de las diócesis. Muchas atraviesan una complicada situación económica, por la suspensión, desde marzo pasado, de cultos y de actividades catequéticas como formas de trabajo y principales fuentes de sustento no sólo de presbíteros, sino de cientos de empleados que prestan servicios.
La merma en los ingresos no se puede determinar con exactitud, dice, pero algunas comunidades han resentido de tal forma esta escasez de recursos que los pone en una difícil situación de virtual quiebra.