Tras haber administrado las vacunas de Pfizer a casi el 40 por ciento de sus 9 millones de habitantes, Israel dio las primeras señales de haber superado la emergencia sanitaria
Según datos oficiales, la cifra de vacunados diarios con la primera dosis ha oscilado en torno a los 55.000, muy por debajo de los más de 150.000 que se llegaron a vacunar cada día a finales de diciembre, cuando la campaña solo estaba abierta a la población mayor de 60 años.
“A nivel nacional, observamos una caída en el número de personas que se quieren vacunar, sobre todo las más jóvenes”, declaró a la agencia EFE una portavoz de Maccabi, una de los cuatro proveedores de servicios de salud a cargo de la vacunación en Israel.
Esa tendencia se comenzó a detectar hace dos semanas y, ante ello, el Gobierno perfiló estrategias para contrarrestar las campañas anti-vacuna, difundidas sobre todo por internet.
Una de ellas fue la creación de un equipo formado por miembros de la Policía y de los Ministerios de Sanidad y de Justicia, que rastrea las redes sociales para prevenir la propagación de noticias falsas sobre la vacuna, explicó a la Radio del Ejército un oficial de Sanidad.
Aún así, Israel comenzó una lenta desescalada tras un cierre nacional de seis semanas, y espera ir levantando restricciones de manera cautelosa al registrar aún una alta morbilidad.
Según ha insistido varias veces el primer ministro, Benjamín Netanyahu, la vacunación es “la llave” para el avance de la reapertura, y espera que la campaña alcance a la mayoría de población para fines de marzo, cuando se celebrarán elecciones generales.
Desde el inicio de la pandemia, Israel acumuló más de 706.000 contagios y 5.200 fallecidos. Actualmente hay poco más de 70.000 pacientes activos, de los cuales 1.020 se encuentran graves.
“Serán hoteles, gimnasios, lugares donde el Pase Verde sea apropiado y practicable”
Tras lanzar la campaña de vacunación, el primer ministro Benjamin Netanyahu predijo que la economía israelí podría empezar a reabrirse este mes