Tensa espera de los voluntarios
A Judith Gurney le gustaría saber si podrá participar en los Juegos de Tokio, pero no como deportista, sino como voluntaria en el seno del comité organizador, pero al igual que otros miles de personas, esta británica depende de la evolución de la pandemia.
“Se supone que somos imprescindibles”, pero “nuestra situación está probablemente bastante abajo en la lista” de prioridades para los organizadores, explica Gurney.
Unos 9,600 extranjeros, ya vivan dentro o fuera de Japón, se presentaron como voluntarios para ayudar en la organización de los Juegos, que en 2020 fueron aplazados un año como consecuencia de la Covid.
Para esta británica de 73 años, que ya ha reservado los billetes de avión, la incertidumbre que pesa sobre el evento es un motivo de angustia, en un momento en el que la crisis sanitaria está lejos de resolverse y que los rumores sobre un nuevo aplazamiento de la cita olímpica, e incluso su anulación, crecen día a día.
“Todo está en el aire” cuando esta ciudadana de Ipswich ya ha “invertido dinero” en el proyecto y que ya ha recibido la primera dosis de la vacuna del covid, pese a que los organizadores de los Juegos han asegurado que esta condición no será obligatoria.
Desde que su candidatura fue aceptada en abril de 2019, Gurney está impaciente por poder contribuir a la buena organización de las pruebas de atletismo en el nuevo Estadio Nacional de Tokio, donde tendrá como misión facilitar las entrevistas entre atletas y periodistas.
Sobre los 80,000 voluntarios reclutados, alrededor del 12% no son japoneses, sino que proceden de 120 países. /