El Heraldo de Chihuahua

Jiménez, cada vez más cerca

EL MEXICANO CONTINÚA CON SU RECUPERACI­ÓN TRAS LA FRACTURA DE CRÁNEO SUFRIDA EN NOVIEMBRE PASADO

- POR JOSÉ ÁNGEL RUEDA FOTO: WOLVES

3 GOLES LLEVABA JIMÉNEZ ANTES DE SU LESIÓN

La fecha quedó marcada para siempre. Era el 29 de noviembre y los Wolves recibían al Arsenal. Apenas a los 15 minutos, un choque de cabezas terrorífic­o con el defensa central David Luiz dejó a Raúl Jiménez tendido sobre el terreno de juego. El mexicano se descompuso en el aire y cayó como un muñeco de trapo. Tras minutos de angustia, tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital debido a una fractura de cráneo. Aunque lo aparatoso del accidente anunciaba algo grave, jamás se pensó que incluso la carrera del futbolista estuviera comprometi­da, pero lo estaba. Por eso el hecho de que Raúl haya vuelto a entrenar con el balón es una extraordin­aria noticia, más allá de que no se sepa con certeza cuándo estará de nuevo en la cancha.

Hasta el instante del choque, Jiménez había jugado cada minuto de los nueve partidos disputados en la temporada. Además de sus tres goles, su aporte se encontraba en las cosas más abstractas. Los Wolves sentían que con el mexicano en el campo alguna oportunida­d tendrían, y era verdad. Lo mismo ocurría con los hinchas, quienes descubrier­on pronto en aquel delantero a un ídolo creciente. Como es natural, su ausencia causó conmoción, algo parecido a un vacío que se ha ido llenando conforme el club y el propio jugador dan cuenta de una recuperaci­ón que por momentos parece asombrosa.

Apenas dos semanas después del accidente, cuando todo eran dudas respecto al futuro, Jiménez salió del hospital y de inmediato visitó a sus compañeros. Las imágenes compartida­s por el club dan cuenta del cariño que le tienen dentro del vestuario. Iba con un gorro negro que le cubría la herida que semanas después dejaría al descubiert­o. Una cicatriz que le cruza el lado derecho de la cabeza y que en cierta forma representa un recordator­io de lo difícil que ha sido el proceso.

En la tranquilid­ad de su casa, en compañía de su esposa Daniela y su pequeña hija, Raúl ha asimilado todo lo ocurrido. No ha sido sencillo, existen antecedent­es de jugadores que han tenido que retirarse después de una fractura de cráneo, pero el Lobo no está dispuesto a eso.

La forma en la que ha reaccionad­o a una cirugía de semejantes proporcion­es ha tenido en el equipo y en los aficionado­s casi el mismo efecto que tenían su goles. Una vez superada cada etapa, Jiménez está más cerca de su objetivo. Apenas a finales de enero el delantero volvió al trabajo físico. Una puesta a punto desde el gimnasio, levantando pesas y recorriend­o los campos imaginario­s desde una caminadora.

Y ahora llegó el siguiente paso, el delantero mexicano ha vuelto a los entrenamie­ntos. Apenas hace unos días fue a una revisión donde los doctores describier­on una recuperaci­ón asombrosa. Esto le permitió ponerse los tacos por primera vez desde la lesión y aunque sea en solitario, patear un poco el balón, como el futbolista que supera la adversidad y vuelve a sentir el vértigo sobre el césped.

Aunque el proceso aún es largo, aunque todavía falte definir si tendrá que usar un casco para proteger la zona afectada, aunque no haya una fecha marcada, Jiménez sigue haciendo goles con su espíritu de lucha. Y en el Woverhapto­n y en México los celebran con fervor.

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Raúl entrenó en solitario, con la mente puesta en su regreso.

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