Claudia Corichi
No hay democracia que no reconozca a la transparencia como parte fundamental del sistema, sobre todo, cuando queremos impactar en la otra cara de la moneda: la impunidad. Con esta inercia, cambios se han gestado en los poderes ejecutivo y legislativo. Ahora, la entrada en vigor de la reforma a la fracción II del artículo 73 la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, sobre la ampliación de la obligación de transparentar todas las sentencias, y no solo las de "interés nacional" –como versaba– es un gran cambio para frenar la discrecionalidad y opacidad que cubría a gran parte del Poder Judicial.
La transparencia en las sentencias atiende a la necesidad de enfrentar la corrupción, así como acercar las instituciones a la ciudadanía, a la protección de los derechos humanos y a la verdadera impartición de justicia. México, de acuerdo con el Índice Global de Impunidad, ocupa el 4to lugar mundial en impunidad y el primero en el continente. Ello, derivado, entre otras cosas, de fuertes desventajas en el sistema de justicia, en promedio contamos con cuatro veces menos jueces y magistrados que el resto del mundo (3.9 por cada 100 mil habitantes). Hay que agregar que, además del enorme rezago, los índices de violencia se mantienen al alza y el sistema se satura.
La poca confianza que tiene la ciudadanía en la impartición de justicia genera que más del 90 por ciento de los delitos no se denuncien. Por ello, la transparencia y rendición de cuentas en el Poder Judicial son elementos fundamentales para la consolidación de nuestro estado de derecho.
Este gran paso ayuda a conocer el trabajo de jueces y magistrados poniendo fin a la opacidad, abona al compromiso de los tribunales con la justicia y repercute en la calidad de la democracia mexicana reduciendo la corrupción.
Otra arista del tema es la perspectiva de género. Durante años, la aplicación de criterios discrecionales afectó a muchas mujeres dada la profundidad y alcance de la cultura machista (para muestra el caso de Los Porkys). Sí, los cambios en la ley conducen a la transformación de la realidad, sin embargo, ese proceso es lento. Atender con urgencia la corrupción, la impartición de justicia y la desigualdad de género requieren esfuerzos de transformación, capacitación, concientización y todo aquello que abone a la rendición de cuentas.
Hay que reconocer el trabajo de la legislatura de paridad, de las mujeres que han alzado la voz y de organizaciones como EQUIS: Justicia para mujeres que impulsaron el cambio.
El desconocimiento de la sentencia y sus procesos fomenta injusticia, desigualdad e incluso impunidad. Lo justo es saber, conocer sentencias y criterios para impulsar un país más justo y transparente.
#LoJustoEsQueSepas #TransparenciaSentencias #Anticorrupción