Estamos fregados
“Las cosas no siempre salen como uno quiere, a veces salen al revés” / Capote
Les voy a ser muy sincero, en mis correteadas cinco décadas de edad todavía no entiendo muy bien cuando hablan de partidos políticos de derecha, de izquierda, o del centro, y miren que tengo a mi alrededor especialistas que me pueden dar una cátedra sobre el tema, pero al ver hoy en día políticos que ya sea por berrinche o conveniencia se cambian de partido como cambiarse de calcetines dejando la convicción prácticamente en el terreno de la inexistencia, prefiero seguir con mi bendita ignorancia sobre el tema. Resulta fuera de toda comprensión cómo es que del azul celeste ahora se traten de pintar de color obscuro o de naranja, cuando por años detestaron dichos colores. Voy de acuerdo con los que lleguen a considerar que es de sabios cambiar de opinión, pero para este cambio se debe meditar durante mucho tiempo, el cambio de una ideología que supone cambiar la identidad no es cuestión de horas o minutos.
El verdadero sentido de un partido político es el de armonizar los intereses del pueblo, pero este objetivo se encuentra caduco, ya que la llamada clase política sólo ve por los intereses de ellos y de sus allegados. Hoy, estos partidos políticos se encuentran en el abismo de un rebajamiento moral que ha motivado la pérdida de la confianza por parte del ciudadano que elección tras elección no encuentra por quién votar y debido a esto algunos partidos han decidido sumar a sus filas artistas o deportistas populares para ver si la decepción del ciudadano los lleva a sufragar por ellos. Les digo, estamos fregados.
El verdadero sentido de un partido político es el de armonizar los intereses del pueblo, pero este objetivo se encuentra caduco, ya que la llamada clase política sólo ve por los intereses de ellos y de sus allegados.
La honestidad de Paquita la del Barrio (el nombre verdadero lo desconozco) al decir que ella no sabe a qué le entra en la búsqueda de una diputación por Veracruz pero que sus asesores le irán diciendo qué hacer es una prueba fehaciente del título del presente artículo. La intérprete de “Rata de dos patas” de verdad que me cae bien, he tarareado algunas de sus duras canciones, que le siga por ese camino, no le busque.
Y para complicar más las cosas, las próximas elecciones de nuestro país las estaremos llevando a cabo en medio de una pandemia cuyo manejo por parte de las autoridades (y de la sociedad, hay que decirlo) ha sido un verdadero fracaso y aunque este virus que ha desenmascarado al mundo entero no es responsabilidad del gobierno sí lo es la protección de los habitantes.
La confusión en cuanto la aplicación de la vacuna debe desaparecer, se requiere certeza de cuántas se tienen compradas, cuántas ya están en territorio nacional y en qué estados de la república. Se necesita información precisa de cuántas se tienen comprometidas y con qué laboratorio, así como todos los efectos secundarios que han experimentado quienes ya la tienen. ¿Es difícil un plan así?, si no lo pueden hacer lean nuevamente el título de este artículo y meditemos en qué sí podemos hacer nosotros como sociedad para que los próximos gobernantes tengan más capacidad. ¿No creen?
El color de los semáforos epidemiológicos es otro tema que nomás nos tiene hechos camote, ya no sé si estamos en naranja porque veníamos de amarillo o de rojo; muchos creen que con la esperanza puesta en la vacuna ya podemos relajarnos, pero los decesos y los contagios continúan. Sigan cuidándose por vidita suya y de los demás. Ora pues.