LA BATALLA ENTRE LOS MEXICANOS BERCHELT Y VALDEZ, DE PRONÓSTICO RESERVADO
LAS 130 LIBRAS HAN ENMARCADO PELEAS INOLVIDABLES; EL ALACRÁN ES CONSIDERADO EL MEJOR, LIBRA POR LIBRA
Las trayectorias de Miguel Alacrán Berchelt y Óscar Valdez reflejan la calidad boxística y técnica de ambos, pero también el tremendo potencial que han exhibido apoyados en sus pesados puños y en sus poderosos bagajes físicos. Ambos lucen brillantes trayectorias en el cuadrilátero, lo que lleva a presagiar una pelea con tintes épicos para hoy, en Las Vegas.
Berchelt (38-1-0, 34 KOs), campeón superpluma del WBC, es ejemplo de que un tropiezo, por más duro que sea (nocaut en un round, en 2014), puede servir para ajustar mente y capacidades, y de ahí resurgir de manera espectacular hasta conquistar el campeonato universal de su peso (WBC), por nocaut contra Francisco Bandido Vargas, en enero del año 2017.
Hoy, Miguel es considerado el mejor peleador libra por libra de las 130 libras o 58.967 kilogramos y subirá con etiqueta de favorito lógico para este crucial combate.
Valdez no conoce la derrota como profesional (28-0, 22 KOs), después de escribir una brillante trayectoria como amateur que lo llevó a participar en dos Juegos Olímpicos, algo que solamente él ha conseguido en nuestro deporte del pugilismo.
Irónicamente, esta interesantísima batalla que llenaría fácilmente la Arena Grand Garden del MGM de Las Vegas, será a puerta cerrada, como consecuencia de los cuidados obligados contra la pandemia.
Berchelt opondrá su condición de sólido monarca ante el vasto historial de éxitos desde el boxeo de aficionados y el pasado reciente que registra Valdez. El de Nogales, Sonora, se presenta como ex campeón mundial pluma de la WBO, con seis defensas triunfales, antes de renunciar al trono para subir de división.
La meta de Berchelt es superar la marca de nueve defensas venturosas consecutivas que JC Chávez implantó como jerarca de los superplumas para un peleador mexicano. Conozcamos lo que dicen las estadísticas sobre este par de pugilistas que harán cimbrar el cuadrilátero con acciones que se anticipan volcánicas, con el ingrediente extra de ese inconmensurable orgullo que distingue a los dos.
Esta rivalidad se remonta desde sus etapas en el terreno de los aficionados, cuando Miguel se quedó con las ganas de atravesarse en la ruta del sonorense, que participó en la magna justa olímpica en Beijing 2008 y después en Londres 2012.