El Heraldo de Chihuahua

Silvia González

- www.silviagonz­alez.com

El hombre en Palacio Nacional trata de separar a pobres y prósperos. Ya tiene un chivo expiatorio para sus errores: los ricos. Y es tan grande su empeño en divorciarn­os que hasta en lo más elemental lo está haciendo: las vacunas.

Para este señor los ricos no son los Slim o Salinas Pliego, que tan a mano los tiene, sino usted y yo, que nacimos con una mano adelante y otra atrás, pero después de estudio y esfuerzo traemos carro, tenemos casa propia y no pensamos sólo en la caguama del fin de semana.

Así que en los pueblos de las provincias de Chihuahua sucedió algo inusitado: primero les dijeron de un virus mortal, luego fueron a vacunarlos, y lo más extraño, junto a los vacunantes arribaron cientos de personas de la ciudades, desesperad­as, a ponerse la vacuna en las pobres clínicas, (clínicas que no mejoraron en los últimos dos años).

¿Por qué vacunar a los pobres, primero? Por estrategia electoral y maldad del corazón, porque quiere establecer odios y niveles, para tener una horda de resentidos

Pero la maldad siembra maldad, rebota, se devuelve, es la ley de la naturaleza, por eso este seis de junio recuerde cómo le han negado el derecho natural a una vacuna, y paguémosle igual, porque así será su actuar en todo lo que vendrá.

a sus pies dispuestos a arrebatar a los otros lo que ellos no pudieron producir; además, promueve la rabia que ni él mismo la tiene contra los corruptos de los que está rodeado. La miseria del alma se muestra en actos como este porque pudiendo llevar a la cárcel a los verdaderos culpables de la pobreza, como Duarte o Peña, su desquite es a los ricos de medio pelo, quienes, nos guste o no, generan la riqueza poniendo a trabajar su ingenio, endeudados con rentas y tarjetas, defendiénd­ose a pesar del estancamie­nto.

Y como ya lo ha visto usted en el video de Lady Prole, las vacunas son para prole, dijo la servidora de la nación; así que si usted trabajó toda la vida, y por eso tiene una pensión, vive bien, pero en la ciudad, y no le daba por gastar todo en la caguama, no merece una vacuna, tiene que ir a arrebatarl­a al pueblo pobre, pobre por culpa de un gobierno mal administra­do, no de usted.

Pero la maldad siembra maldad, rebota, se devuelve, es la ley de la naturaleza, por eso este seis de junio recuerde cómo le han negado el derecho natural a una vacuna, y paguémosle igual, porque así será su actuar en todo lo que vendrá.

Namasté

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