Las medidas unilaterales y la amenaza de grupos paramilitares de retirarse del acuerdo han provocado tensión
protestante respaldó la estrategia de su partido para lograr la adhesión de la UVF al proceso de paz y su posterior desarme, si bien algunas facciones siguen implicadas en actividades de crimen organizado.
Aunque insiste en que "no hay amenazas de violencia", pide a Londres y Dublín "que se tomen este asunto seriamente", tal y como hicieron, dice, "cuando sí hubo amenazas del IRA".
Hutchinson se refería a las primeras etapas de la negociación del Brexit, cuando el Sinn Féin, brazo político del IRA durante el conflicto, y el Gobierno irlandés ya advirtieron que una infraestructura fronteriza entre las dos Irlandas se convertiría en objetivo de atentados para los disidentes del IRA.
El dilema, sostiene, es que la solución a ese problema ocasionó que la comunidad unionista se sienta desplazada.
Las dificultades de suministro que sufre Irlanda del Norte por la entrada en vigor del Brexit, que hace que las mercancías que llegan desde la isla de Gran Bretaña deban ser sometidas a controles en los puertos, se han convertido en el ariete que Londres y los unionistas blanden contra el protocolo.
SE TENSA LA CUERDA DEL PROTOCOLO
Coincidiendo con el inicio de su nueva misión como responsable del Gobierno para el Brexit y la UE, el antiguo negociador británico David Frost se estrenó anunciando que su país alarga unilateralmente el periodo de gracia para exonerar a mercancías de ciertos controles aduaneros.
Eso provocó la ira de Bruselas, pero también del Gobierno irlandés y de los republicanos, que buscan la reunificación de la isla.
En un encuentro virtual con corresponsales , la presidenta del Sinn Féin, Mary Lou McDonald, advirtió que revisar el protocolo sería "muy desestabilizador".
Para ella, los desajustes fronterizos por la aplicación del protocolo "no han provocado ni una crisis ni un desastre, sino problemas de 'crecimiento' que se pueden resolver".
La máxima responsable del Sinn Féinse muestra convencida de que hay un plan unionista para crear un "ambiente de pánico" y hacer descarrilar así el protocolo.
Pero no renuncia al objetivo último de su formación, la reunificación irlandesa, para la que augura un referéndum en un plazo no superior a los cinco años.