La Máquina acelera
EL EQUIPO CELESTE SE APUNTA ENTRE LOS PRIMEROS CUATRO DE LA LIGA FEMENIL, Y VA POR MÁS
Como nunca antes, la Liguilla está cerca para Cruz Azul. Cuatro victorias consecutivas y seis partidos sin perder en el Guard1anes 2021, tienen a las cementeras a un paso de su primera fiesta en su historia.
Mazatlán no fue rival con once, mucho menos con diez. La Máquina arrolló con facilidad a las Cañoneras, con todo y goleada incluída: 3-0, final.
Daniela Monroy dio el primer aviso para las cementeras. Después, Brenda León lo intentó de una larga distancia, pero en ambas ocasiones Mariana Zárraga, la portera cañonera, se lució con grandes atajadas, al recordar sus tiempos en La Noria, donde comenzó su carrera como profesional.
La tercera aproximación fue la vencida para Cruz Azul: Alejandra Curiel recibió una falta en el área y la silbante Francia González no lo dudó ni un segundo, señaló al manchón con autoridad. La China increpó; la defensora Silvia López la empujó y terminó expulsada. En un lapso muy corto, la resistencia de las mazatlecas se hizo añicos, mientras la delantera cobró con maestría y festejó con enjundia su anotación en tono burlesco contra su rival mazatleco.
Esa acción hizo reaccionar a las visitantes, igualaron las acciones y estuvieron cerca del empate, pero todo salió al revés.
Un error de las vestidas de celeste otorgó el segundo tanto para las locales. Rebeca Villuendas robó el esférico en medio campo, levantó la vista y se animó con la derecha y el balón fue al fondo. Zárraga estaba muy adelantada de su posición y no pudo hacer nada en el 2-0. En el complemento, Mazatlán hizo diversos cambios, pero de pocos sirvieron. Las capitalinas manejaron su ventaja con tranquilidad. El tercero no tardó y llegó a balón parado. La portera visitante no controló de buena forma y lo que parecía una atajada de rutina, Paola González se encargó de convertirla a su favor para el 3-0. Cruz Azul jugó con la desesperación de las Bucaneras. Mazatlán simplemente no pudo y regresó a la Perla del Pacífico con las manos vacías, mientras que en La Noria todo es felicidad.