El rebrote anunciado
Todavía no nos lo avisan, pero muy probablemente en México tengamos que sufrir una tercera oleada de casos de Covid-19.
Las informaciones que lo indican son contundentes: de 174 países con datos, 107 han registrado un repunte de casos confirmados de Covid-19 en el último mes, mientras que en el resto las tasas de reducción de casos se han desacelerado.
Hoy, los casos nuevos en todo el mundo durante la última semana fueron 37% más que hace un mes, mientras que acá en tierras tenochas. no sólo no han aumentado, sino que se ha logrado conectar varias semanas con reducciones.
A pesar de ser un país de alto tránsito de viajeros globales, la pandemia llegó a México con casi dos meses de retraso en comparación con Asia, Europa o Estados Unidos. En tanto, al considerar su población, la detección del total de casos de Covid es baja, apenas 17 mil por cada millón de habitantes, cuando en países de la región como Brasil o Chile es de 57 mil y 49 mil.
Ya sea por suerte o una dudosa contabilidad de casos –que es lo más probable debido a las pocas pruebas que se realizan–, las tendencias globales sobre Covid llegan a México tarde y con menor intensidad, pero llegan.
La inminencia de una tercera oleada de coronavirus en México no es un mal augurio, sino la probabilidad real de la réplica de un fenómeno sucediendo en todas las esquinas del planeta. Basta ver la dinámica de contagios en países tan distintos como Kenia, Filipinas, Noruega, India, Grecia o Chile.t
El modesto programa de vacunación de México que hoy ha inoculado con al menos una dosis a apenas el 4.6% de su población, no va a revertir esta tendencia. Vaya, Europa, uno de los principales acaparadores de vacunas es hoy el epicentro de nuevos contagios.
Es innegable que ante la llegada de las vacunas y el cansancio de mediovivir el último año, gobiernos y personas han bajado la guardia.
Como muestra aquí en México está el subsecretario Gattel, quien seguramente está enterado de los datos que le menciono y aún así esta semana hizo público un “Decálogo de la Prevención” para los vacacionistas de Semana Santa.
La publicación de dicho decálogo enuncia medidas de prevención obvias, pero también irreales: “no asista a lugares concurridos”, “tener encuentros sólo con familia cercana”.
¡Cómo se ve que el Subse no se ha ido a dar una vuelta por Caleta-Caletilla en Acapulco a las 2 de la tarde!
Tan sólo esta semana el Inegi dio dos noticias más sobre la ruina que supuso el confinamiento: 5.2 millones de mexicanos abandonaron los estudios el año pasado por causas económicas o atribuibles a la pandemia. En tanto, más de un millón de negocios desaparecieron en el mismo periodo, prioritariamente en destinos turísticos, pero afectando a todo el país.
Francamente hubiera sido mejor que el gobierno se guardara su decálogo y aceptara estos hechos: que los negocios y las personas ya no aguantan otro encierro.
Mejor aún, el ideal sería que la 4T sacara la billetera ahora sí con énfasis y se asegurara de una buena vez que todos los empresarios chicos y medianos, así como los estudiantes de este país, reciban la ayuda suficiente para no bajar las cortinas o dejar de estudiar. Entonces ahí sí podríamos sugerir otro reconfinamiento.
Queda ver la intensidad del rebrote próximo y que, según las observaciones que se pueden hacer con los datos en mano, estaría llegando antes de terminado abril si no sucede algo extraordinario.
Pero la pregunta más importante es cómo van a reaccionar gobiernos, personas y negocios.
¿Estamos dispuestos a encerrarnos por tercera vez? Yo ya no lo sé.