“El Tolteca”, clave en la masacre LeBarón
Tras la detención de Candelario S. J., alias “Coma Santos”, a quien le formularon cargos por la masacre de la familia LeBarón, trascendió el nombre de más involucrados y evidencia de estos hechos ocurridos el 4 de noviembre de 2019, donde adjudican los hechos a Leonel T. C., apodado “el Tolteca”, como uno de los que planeó el ataque armado.
Así lo dio a conocer Adrián LeBarón tras haber asistido a la audiencia de Candelario, la cual se llevó a cabo el domingo 11 de abril, donde conoció nueva información donde le pidieron reservar mayores detalles, pero reiteró que uno de los más pesados era “el Tolteca”, quien es muy reconocido en Sonora y a la fecha no ha sido localizado por las autoridades.
Mencionó que el día que Rafael Caro Quintero acudió al estado de Chihuahua a reunirse con el Cártel de Juárez, se encontraba Leonel T. C. “el Tolteca”, Roberto G.M. “el Mudo” o “el 32”, así como a David Enrique F. S. “el 22” o “el Coman 29”, que son los principales líderes criminales de los límites de Sonora y Chihuahua.
“El principal por el que vamos, el que hizo la estrategia es el tal Tolteca, muy famoso en Sonora, nos ha costado porque él era parte de Los Salazar, del Cártel de Sinaloa, no sé qué pleito hubo y se cambió de bando. El Tolteca conoce muy bien a la gente de La Mora, sabe que por ahí pasaban mis hijas todos los días y la maldad ahí está, quería recuperar su territorio”, comentó Adrián LeBarón.
Menciona que tras la audiencia de “Coma Santos”, ha obtenido nueva información, más nombres, más detalles de lo que ocurrió el pasado 4 de noviembre de 2019, pues afirmó que toda la investigación se ha realizado gracias a la declaración de los detenidos que revelan más información y en ocasiones se convierten en testigos colaboradores del caso.
Adrián LeBarón cuestionó la falta de justicia que tienen varios de los casos en México, toda vez que ahora que ha comenzado su camino por la justicia de su familia, ha visto cómo las autoridades judiciales optan por proteger más a los delincuentes que a los propias víctimas, e incluso les niegan el acceso a las audiencias para seguir de primera persona los procesos penales.