“En la República Mexicana no hay monumentos de Hernán Cortés”
A finales de los 70 y principios de los 80 se intentó poner uno, pero la ciudadanía lo impidió, afirma el investigador “Todavía llegué a ver esa estatua: eran Hernán Cortés, la Malinche y el hijo de ella, el mestizo Martín Cortés”
El historiador y etnólogo de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia Luis Barjau, de la Ciudad de México, compartió a este medio de comunicación parte de su vasto conocimiento sobre la Conquista de Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano, indicando que no hay ningún monumento en la República Mexicana de éste, sólo hay algunas calles con su nombre y escuelas.
Señala que se hizo un intento en la época de López Portillo de poner una escultura frente a la parroquia de Coyoacán e inmediatamente los ciudadanos protestaron y la quitaron; “todavía llegué a ver esa estatua: eran Hernán Cortés, la Malinche y el hijo de ella, el mestizo Martín Cortés; autoridades la llevaron a un parque que hay por ahí cerca, enfrente del Museo Nacional de las Intervenciones, ahí está esa estatua, curiosamente se robaron la pieza del mestizo Martín Cortés, sólo hay un busto en el Hospital de Jesús en la Ciudad de México, y una estatua en Medellín, España”.
Asimismo, antes de embarcarse, Cortés discurrió ante sus hombres un significativo, admirable y elocuente discurso que consignó Francisco López de Gómara, el cual al paso de los siglos quedaría, además de las crónicas antiguas, estampado en una placa de bronce que aún se erige en el jardín del viejo Hotel Caribe Cozumel, en Playa Azul, de la isla, en el sitio donde el conquistador puso pie por vez primera. Su monumento fue inaugurado (a instancias del Gran Balam del Sureste, Fernando Barbachano Peón, fundador de Mayaland Tours, la primera agencia de viajes de México) por Jacqueline Kennedy, en 1962.
“La vida de Hernán Cortés se ha estudiado desde el siglo XVI hasta la fecha, varios países como Estados Unidos, de Europa y de Asia se han involucrado por saber de este gran personaje, hay que verlo en su dimensión más cercana a la verdad, porque de entrada hay que entender estas figuras y antecedentes de mucha importancia frente a las figuras emblemáticas de la Conquista, que son Moctezuma, Cortés, la Malinche, la intérprete de Hernán, que contra esas figuras se estrellan, por lo general, todos nuestros prejuicios, es decir, los que nos denotan grosso modo como hispanistas o indigenistas, aunque hay otros muchos más que son más sofisticados, por ejemplo, algunos sin revelarse necesariamente como hispanistas, consideran que Hernán Cortés jugó un papel civilizador y que fue un conquistador superior a Julio César, otros que son indigenistas conjeturan que Moctezuma fue un traidor y un cobarde, otros más aseguran si bien la Malinche jugó un papel importante como traductora no pasó de ser una esclava”, externó el investigador.
“La figura de Hernán Cortés conlleva nuestros complejos más profundos, entendiendo que un complejo es el producto de un trauma y entendiendo que la Conquista, encabezada por Hernán Cortés, fue un trauma histórico, social y cultural muy profundo, teniendo Cortés un papel equivalente al de Moctezuma”, dijo.
“El valor indiscutible de Cortés frente al fenómeno de la Conquista fue su argucia política brillante, el papel histórico, cosmológico, militar y visionario que asumió para consolidar la alianza de muchos reinos sometidos por la metrópoli azteca, que le permitió realizar en corto tiempo la caída del imperio Tenochtitlan, dándole la inaudita posibilidad de insertarse ventajosamente en el proceso político y social de una civilización que a ojos de los españoles en esa época era incomprensible”, finalizó Barjau.