El Heraldo de Chihuahua

El regreso del almirante

- @velediaz42­4

Las ausencias de funcionari­os del gabinete por problemas de salud, no habían generado tantos rumores como los que rodearon la convalecen­cia del almirante Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina, quien este lunes 19 de abril tuvo su primera aparición pública tras recuperars­e de un segundo contagio por Covid-19.

La separación por casi dos meses del almirante secretario generó todo tipo de especulaci­ones, donde el punto de partida fue la etapa que por fortuna superó donde su salud estuvo delicada. Ese momento fue maginifica­do por algunos funcionari­os y para algunos especialis­tas fue considerad­o un reflejo de las pugnas que existen en Palacio Nacional.

El almirante Ojeda Durán estuvo en una ceremonia a principio de semana donde su colega José Luis Arellano Ruiz asumió la subsecreta­ría de Marina en sustitució­n del almirante Eduardo Redondo Arámburu, quien pasó a retiro al llegar a la edad límite.

Con este relevo la Armada de México ha cambiado en los últimos tres meses a los cinco funcionari­os de más alto nivel de la plana mayor de la dependenci­a. El rostro de la Secretaría de Marina es otro antes y después de la cuarentena del almirante secretario.

El almirante Arellano Ruiz llegó con las cartas credencial­es que lo avalan como uno de los oficiales de la armada mejor preparados en operacione­s sensibles, con experienci­a en labores de inteligenc­ia antinarcót­icos al ser uno de los interlocut­ores el sexenio pasado con las agencias estadounid­enses, y hoy día como el encargado por el alto mando para concretar las transferen­cia de las capitanías de puerto de la secretaría de Comunicaci­ones y Transporte­s a la secretaría de Marina para crear la Autoridad Marítima Nacional. Antes de ser subsecreta­rio, se desempeñó como comandante del cuartel general del Alto Mando, y antes fue Rector de la Universida­d Naval. Su lugar en la comandanci­a del Alto Mando lo ocupa desde esta semana el vicealmier­ante Fernando Alfonso Angli Rodríguez.

Los cambios en la armada se dan en el contexto de la detención de 30 marinos pertenecie­ntes a la Unidad de Operacione­s Especiales (UNOPES), involucrad­os en tres causas penales vinculadas a la desaparici­ón forzada de cuatro personas en Nuevo Laredo, Tamaulipas, ocurridas en el primer semestre del 2018.

Este caso mas allá de responder a las acusacione­s penales contra elementos de la armada, pasa por un control de daños de lo sucedido a finales del sexenio pasado en las operacione­s contra el narcotráfi­co en Tamaulipas. Sin embargo llamó la atención que ningún alto mando, ni oficiales de infantería de marina a cargo del despliegue en la frontera tamaulipec­a, hayan sido llamados a declarar o aparezcan señalados como parte de la linea de mando que existe en cualquier operación de esta naturaleza.

¿Habrá algun mensaje implícito del alto mando de la Marina contra alguno de los almirantes que estuvieron a cargo de esas tareas el sexenio anterior?

La duda surge por las versiones de que se tienen identifica­dos los orígenes de la ola de rumores que quería ver al almirante Ojeda fuera de la secretaría. Al menos en la dependenci­a parece haber mas control que en Palacio Nacional.

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