El Heraldo de Chihuahua

Donceles y sus librerías de viejo

- CLAUDIA MENDOZA

“Se ha minimizado la importanci­a del libro a través de la historia, porque también nos va contando cómo era la economía, cómo era la sociedad”

El gusto de buscar y encontrar; el placer de hallar ese objeto que cobra vida en cada palabra; el disfrute de quitar el polvo y descubrir en sus páginas conocimien­to, risa, tristeza, enojo, y que al final de la lectura comparta la experienci­a adquirida con alguien más

En la calle de Donceles, en el primer cuadro de la Ciudad de México, tropecé con Julio Verne y me invitó a un Viaje al centro de la Tierra, y eso me asustó porque le dije no soy científica ni experta en expedicion­es, él sólo sonrió y me guiñó un ojo. Entonces, surgieron tantas inquietude­s y le pregunté: ¿El centro de la Tierra está aquí en México, en las montañas, en el mar? Sin más me dijo que podíamos viajar en globo o en el Nautilus, el submarino inventado por el capitán Nemo.

Una vez terminada la expedición y de nuevo en la Ciudad de México, regresé al Centro Histórico, un lugar cósmico con reliquias arqueológi­cas, además de un sinfín de historias que contar a sus visitantes en cada una de sus calles.

Donceles es una de ellas, ahí están las librerías de viejo, donde encontré a Thomas Alva Edison, quien me explicó que generar la luz eléctrica llevó cerca de mil 200 años y muchísimas horas de trabajo de científico­s que lo antecedier­on y lo ayudaron a lograr este gran invento que revolucion­ó al mundo.

La sed por el conocimien­to y la pasión de hombres y mujeres por crear historias o narrar los acontecimi­entos mundiales están ahí en cientos de miles o quizá millones de libros que aguardan no por un dueño que los cuide y los coloque en un librero, sino por lectores que difundan y comenten lo aprendido.

Así son los libros que, si bien son objetos, en el mundo de la literatura todo puede suceder y cobrar vida en cada palabra, en cada oración, en la búsqueda de ser desempolva­dos por un lector que encuentre en sus páginas conocimien­to, sorpresa, risa, tristeza, enojo, y que al final de la lectura comparta la experienci­a adquirida con alguien más.

Desde 2020 y hasta abril de 2021, en el mundo ocurre una pandemia, la del Covid-19, y no, esta enfermedad no ha sido sacada de un libro de ciencia ficción, es una realidad que será escrita y analizada en todo el orbe por especialis­tas ante los daños causados a la humanidad, no sólo por las afectacion­es económicas causadas, sino por el sufrimient­o que ha generado.

Esta pandemia ha paralizado las actividade­s humanas, las librerías, como muchos otros negocios han abierto y cerrado, y como en todo se busca volver a la “normalidad”, es por eso que estos establecim­ientos están en remate. En Donceles 42 A, se ubica

El Tomo Suelto, que en este mes de abril cumple 30 años de haber abierto sus puertas por primera vez.

Claudia Retel, encargada de El Tomo

Suelto, en entrevista, comenta que por el cumpleaños de la librería se ofrecerá en el mes de abril descuentos de 50 por ciento en todos sus ejemplares.

Comenta lo que le ha dejado su oficio de librera: “Yo me atrevería a decir que en los libros sí está todo. Todo lo que necesitamo­s, el conocimien­to, las herramient­as, a diferencia del internet, que no necesariam­ente está todo lo que buscamos y todo está correcto. Y no sólo lo que es el libro y lo que significa el libro, sino más allá, como herramient­a de conocimien­to, para viajar, como consuelo.

“(A las librerías) va el que busca un libro porque se lo pidieron en la escuela, va desde el que lleva años buscando un libro para leerlo, o aquel que le recomendar­on un libro y lo quiere encontrar, o el que lleva años colecciona­ndo libros con peculiarid­ades físicas como el investigad­or que está llevándose el libro por sus peculiarid­ades, desde el contenido o su importanci­a como valor histórico.

“Yo creo que se ha minimizado la importanci­a del libro a través de la historia, porque también nos va contando cómo era la economía, cómo era la sociedad, y no me refiero cómo nos va contando el libro por su contenido, sino hasta por sus caracterís­ticas físicas. Dependiend­o del tipo de Gobierno, incluso hasta el contexto histórico mundial, era el tipo de publicacio­nes por países, del presupuest­o que se va aplicando a la cultura, el tipo de papel también nos va contando una época. Yo creo que se le va perdiendo la importanci­a y por lo tanto se ha nulificado o ni siquiera se alcanza a ver la importanci­a de ser librero y de lo difícil que es llegar a tener una librería”.

Los jóvenes que trabajan en sus dos sucursales -la otra se encuentra en la colonia

Roma- son capacitado­s, pues ingresan aprendices, “qué es lo que aprenden, básicament­e el oficio de ser librero es porque eso es lo que se les enseña, cómo es el proceso desde que un libro llega y se va, todo alrededor del oficio: cómo clasificar, ordenar, asignarle un precio, es una capacitaci­ón cuando entran, pero durante todo el tiempo que están en la librería aprenden sobre el oficio. El oficio de ser librero es muy amplio. Todo el tiempo es aprendizaj­e sobre editoriale­s, sobre ediciones, sobre autores”.

Para Juan Antonio López, propietari­o de la librería de viejo La Regia, en Donceles 48, el anunciarse por internet no ha sido una alternativ­a en estos tiempos del Covid-19, pues llega a vender un libro diario, los clientes prefieren acudir la tienda.

Al igual que El Tomo Suelto, La Regia tiene descuentos para sus clientes: “He reetiqueta­do decenas de miles de libros que antes vendía en cifras menores a 100 pesos: 30, 40, 50, 80, 100 pesos, los he reetiqueta­do a 10 y 20 pesos para que se vendan, porque las ventas sí están bastante malas y así seguir vendiendo de alguna forma los mismos temas”.

Juan Antonio López invita a la clientela a visitar La Regia, que tiene cerca de 300 mil ejemplares en exhibición con todo tipo de temas.

Se le preguntó cuáles son los libros que más compran en este momento y respondió: “Cualquier tema, en áreas universita­rias, lo que se vende más son novelas, es lo que pide mucho la gente, novelas actuales, digamos autores contemporá­neos clásicos. También se vende lo de superación personal, por ejemplo, los libros universita­rios; lo de medicina se vende mal, pero en casi todas las áreas se vende más o menos”.

José González estudia la carrera de Letras Hispánicas y le gusta escribir cuentos cortos. Con pasión dice que ha encontrado en la lectura y en el conocimien­to que obtiene de ellos un amor incondicio­nal; “no me pide nada, sólo un poco de mi tiempo y en cambio me llena tanto, me transporta a lugares en los que nunca he estado. Vivo y siento un personaje en carne propia. La magia de la lectura te lleva a disfrutar y también a sufrir con un personaje y no sólo con un personaje, sino con un hecho bien descrito. Esa es la magia y el arte de conjuntar cada palabra, que cuando describes al personaje y un suceso en el que está envuelto ese personaje generas un sentimient­o en el lector”.

 ?? FOTOS: OMAR FLORES ??
FOTOS: OMAR FLORES
 ??  ?? LA SED POR EL CONOCIMIEN­TO Y LA PASIÓN DE HOMBRES Y MUJERES POR CREAR HISTORIAS O NARRAR LOS ACONTECIMI­ENTOS MUNDIALES ESTÁN AHÍ EN CIENTOS DE MILES O QUIZÁ MILLONES DE LIBROS
LA SED POR EL CONOCIMIEN­TO Y LA PASIÓN DE HOMBRES Y MUJERES POR CREAR HISTORIAS O NARRAR LOS ACONTECIMI­ENTOS MUNDIALES ESTÁN AHÍ EN CIENTOS DE MILES O QUIZÁ MILLONES DE LIBROS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico