Lilia Aguilar Gil
La oscuridad es la característica más evidente de la zona poniente de Ciudad Juárez. La noche es, literal, una boca de lobo para muchos de los vecinos de estas zonas. En colonias como Plazuela de Acuña o colonia Siglo XXI, el alumbrado público es solamente una leyenda urbana, porque es algo de lo que todo mundo habla pero que no han visto nunca, en algunos casos desde hace más de 30 años de fundadas las colonias.
De acuerdo con el Inventario Nacional de Viviendas (INV) del Inegi, 4 de 100 manzanas en Juárez no tienen alumbrado en ninguna calle; 35 de cada 100 tienen en una sola calle, y 59 de cada 100 tienen alumbrado en todas las vialidades.
No contar con servicios públicos eficientes habla de una mala distribución entre las personas, lo que, a su vez, da como resultado la desigualdad y la discriminación, ya que los servicios públicos contribuyen a la protección de los derechos humanos.
Dentro de los servicios públicos se consideran también el transporte público, pavimentación, recolección de basura, áreas verdes, servicio de agua potable y saneamiento, vialidades y semaforización.
La calidad de vida de las personas depende en mucho de los servicios con los que cuentan, la calidad de vida, el bienestar de las personas, pasa necesariamente por contar con agua y un drenaje funcional; por un transporte público de calidad y seguro; por pavimentación que permita que ese transporte y autos particulares puedan tener accesos completos; por un servicio de recolección de basura que impida la acumulación que no sólo deteriora la imagen de las colonias, sino implica problemas a corto y mediano plazo de salud pública.
Todo esto, lo deseable, no es el día a día de estas colonias y sus habitantes. El Estado está fallando al no garantizar eficientemente la calidad de todos estos servicios. La responsabilidad para lograrlo no se queda en el nivel municipal, pasa por los tres, el estatal y el federal, pues sólo de forma coordinada, con un trabajo y visión integral, será posible cambiar la realidad que miles de juarenses viven todos los días.
La falta de un servicio tan elemental como el alumbrado público es el origen de otros tantos que descomponen el tejido social de estas colonias. La violencia en contra de las mujeres, la drogadicción en niñas, niños y jóvenes, y la inseguridad en general, son problemas estructurales que se fortalecen con carencias tan elementales como la falta de alumbrado público.
Historias hay cientos, hay miles, hay tantas como las personas que ahí viven y que batallan todos los días para realizar algo tan sencillo aparentemente como ir a trabajar o a la escuela.
Una de esas tantas historias es la de Elvira, quien vive en la colonia Pánfilo Natera. Ella sale de su hogar a las 5 de la mañana y debe caminar 10 minutos para llegar a esperar el camión que la lleva a la maquila donde labora. Su regreso es la misma travesía. Los peligros a los cuales Conchita se expone van desde el robo hasta un feminicidio.
La oscuridad facilita todos estos riesgos, la luz apagada en la zona poniente de Ciudad Juárez deja en desigualdad a toda la gente que vive en estas colonias, desigualdad que será muy difícilmente superada si no se cuenta con un plan integral, que involucre no sólo a los tres niveles de gobierno, sino también al Legislativo para que apoye en la designación de recursos presupuestales.