Marco Bonilla
“(…) porque esta es la hora y el mejor momento” (M. Benedetti) “¡Sí, para eso he llegado a esta hora!” (Jn. 12:27)
Versa un dicho popular que “todo tiene su hora bajo el sol”, y de él parto para hablar sobre la hora presente, la hora capital, la hora de Chihuahua. Cuando refiero la hora capital, lo hago en el sentido de hablar de la hora crucial, la hora en que todo será definido, el momento en que una vez tomada una decisión, no habrá reversa, que si es para bien, será para el bien mejor, que si es para mal, será para el más oscuro.
Los fatalismos deben quedar de lado, es hora de las propuestas, de las soluciones, del análisis y la reflexión trasladados al campo de la acción.
Chihuahua, la gran señora del desierto, se contonea hoy ante la posibilidad de proyectos de gobierno respaldados por resultados, de una propuesta de gobierno más humana, con claridad en el rumbo; este estado está frente al mejor momento de su historia moderna, en el que sacará la casta por el norte de México
Los fatalismos deben quedar de lado, es hora de las propuestas, de las soluciones, del análisis y la reflexión trasladados al campo de la acción.
y demostrará una vez más de qué sangre están hechas las familias norteñas, las familias chihuahuenses.
Hablar de la hora capital es asumir la responsabilidad de una ciudadanía consciente, que atiende al llamado de la democracia, que deposita su confianza en su derecho a sufragar sus decisiones desde las urnas, que defiende las instituciones y árbitros bajo mandato de ley, que alza su voz por aquellos a quienes les ha sido arrebatada.
Al inicio de esta columna he propuesto dos fuentes que nos invitan a reflexionar sobre la hora capital, el momento de mayor trascendencia. La primera de las fuentes corresponde al poeta uruguayo Mario Benedetti, quien no titubea al decir que es “el mejor momento”, así como no debemos dudar nosotros, frente al mejor momento para Chihuahua, para México.
Pero, ¿por qué decimos que es el mejor momento? Porque la historia debemos escribirla desde los grandes trazos del presente, un presente recuperado, que se extienda hacia un mejor futuro, en donde juntos trabajemos por la permanencia de sus bondades.
La segunda fuente es de mayor trascendencia, pues viene de uno de los cuatro evangelios de las Sagradas Escrituras. Juan Evangelista habla del momento de la Pasión, en la que se reconoce el momento cumbre, la hora que será asumida desde el mayor sacrificio, la entrega de la vida misma.
No encontré mejores referencias al peso de la hora capital, al tema de la hora de Chihuahua, del momento de Chihuahua. Ambas contienen el fondo y la forma que nos llevan a la introspección de lo que habremos de decidir en semanas próximas, en que la voz de los chihuahuenses resonará en todo lo alto, y la bandera de la libertad ondee a toda asta.
Cuando me preguntan: “¿Qué hora es? Respondo: Es la hora de Chihuahua ¿Qué tiempo tiene? El tiempo justo para decir: lo que importa es Chihuahua.