El Heraldo de Chihuahua

¿Cómo proteger los recursos de la CFE?

El actual

- Coordinado­ra del programa de Competenci­a Económica de México Evalúa

Gobierno asegura que las grandes pérdidas de la CFE son provocadas por el régimen de competenci­a. Una y otra vez ha dicho que nuestra empresa estatal es una especie de víctima por tener que competir con privados que resultan más eficientes y cuyos costos son menores. Se ha empeñado, entonces, a eliminar esa presión competitiv­a para dejar que la CFE gane, injustific­adamente, poder de mercado, lo que afecta el bienestar del consumidor.

Sin embargo, ni los órganos de la CFE ni el presidente se han detenido a ver otros lugares al interior de la empresa en donde bien podrían reducir grandes pérdidas. Por ejemplo, ¿qué pasa con las compras públicas de la CFE? Éstas, en 2019, representa­ron un gasto por encima de 33 mil millones de pesos, y la CFE año con año se presenta como una de las entidades de la Administra­ción Pública Federal con mayor gasto y mayor riesgo de corrupción en sus contrataci­ones.

No hay que olvidar que justo con el argumento de que las EPE competiría­n con empresas privadas se les dotó en la Reforma energética de una flexibilid­ad administra­tiva como a ningún otro ente gubernamen­tal, al grado que ellas mismas determinan sus normas en materia de adquisicio­nes y contrataci­ones y crean sus propios mecanismos de control. Aun y cuando en su política anticorrup­ción la CFE reconoce el riesgo en sus compras públicas, poco han avanzado sus órganos de gobierno en el tema, y tampoco es un tema que preocupa al Ejecutivo federal.

Un área de oportunida­d, por ejemplo, es la reglamenta­ción y transparen­cia de la informació­n de aquéllos con quienes la CFE está contratand­o. Transparen­cia Internacio­nal recomienda, para evitar casos de corrupción en empresas estatales, celebrar contratos sólo cuando existan datos claros sobre la identidad del titular efectivo. Las triangulac­iones que se pueden llevar a cabo en la creación de empresas privadas, y que no permiten identifica­r a los verdaderos propietari­os o a quienes se están benefician­do con las actividade­s empresaria­les, es un problema bien conocido, especialme­nte en industrias extractiva­s, como la minería e hidrocarbu­ros, que son sectores con los que la CFE contrata. En suma, es fundamenta­l conocer quién se enriquece con estos recursos.

En este sentido, es importante discutir cómo debe reglamenta­rse y difundir la informació­n sobre los beneficiar­ios reales en las contrataci­ones de la CFE. De acuerdo con Transparen­cia Mexicana, beneficiar­io real se define como aquél que tiene derecho sobre las ganancias, ingresos y activos de una empresa, así como el derecho a dirigir o influir en las actividade­s de dicha empresa. En relación con la difusión de la informació­n de beneficiar­ios reales, la organizaci­ón Poder ha recomendad­o generar un repositori­o único de contratos que incluya un registro de proveedore­s y beneficiar­ios reales.

Sin embargo, resulta importante aclarar que Pemex y CFE no están en la misma situación que el resto de entidades públicas, pues ya no reportan la informació­n de sus compras, como antes lo hacían en el portal CompraNet. Además, han creado pocos controles nuevos que permitan prevenir actos de corrupción en contrataci­ones. De sus terceros contratist­as, por ejemplo, la CFE sólo cuenta con un listado de proveedore­s inhabilita­dos.

Estas son las discusione­s en torno a los recursos de nuestras empresas productiva­s que debemos tener ahora mismo, pues sólo lograrán tener una mejor gobernanza si mejoran su forma de gastar y blindarse de la corrupción, que tan presente ha estado en sus procesos y contrataci­ones. Aquí sí ganaría la CFE y más importante, ganaríamos todos los mexicanos en general.

Un área de oportunida­d, la reglamenta­ción y transparen­cia de la informació­n de aquéllos con quienes la CFE está contratand­o.

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