Alfredo Lozoya
En el gobierno de Alfredo “el Caballo” Lozoya se harán los ajustes necesarios para transformar la crisis financiera en la que se encuentra Chihuahua, en una administración eficiente que, además, aumente sus ingresos sin subir o crear nuevos impuestos.
En reunión virtual con integrantes de Exatec, el candidato a la gubernatura por Movimiento Ciudadano tuvo la oportunidad de hablar sobre su vida y presentar la principal propuesta de su campaña: cambiar la dinámica de la administración pública.
“Si no le damos la vuelta a las finanzas estatales, no va a pasar absolutamente nada. Tenemos que dejar de cotizar las obras como las estamos cotizando, todo el mundo sabe y ha visto que es por demás escandalosos los sobreprecios de las licitaciones, de las cotizaciones e insumos que está consumiendo el gobierno del estado”, aseveró.
Durante su exposición, afirmó que, pese al costo político que puede representar, disminuirá la estructura burocrática para garantizar que los recursos lleguen a rubros como infraestructura, seguridad, salud y educación.
Una prueba de que su propuesta es viable, dijo, es que en sus cinco años como alcalde de Parral disminuyó la nómina del Ayuntamiento de 52 a 28 por ciento, con ello logró impulsar la obra pública, programas sociales, así como los apoyos para la iniciativa privada durante la pandemia.
Además, anunció que los inmuebles que tiene el gobierno del estado en el olvido serán vendidos o rentados para atraer ingresos frescos sin afectar más a la ciudadanía con nuevas responsabilidades fiscales.
Los ahorros que se generen con su propuesta serán presentados ante el Gobierno de México para demostrar la capacidad financiera de Chihuahua y, a partir de ahí, gestionar que la federación empate esos recursos.
Planteó que el ahorro de su primer año se lo presentaría al presidente Andrés Manuel López Obrador, para que conozca los resultados positivos que puede dar una buena administración.
Por otro lado, en Ciudad Juárez, Lozoya manifestó que los problemas que más aquejan a Chihuahua recaen en malas administraciones que por actos de corrupción en sobreprecios y el saqueo de las arcas públicas tienen a ciudades como la ciudad fronteriza en un rezago histórico que ya no puede continuar un sexenio más.