Conocen los videojuegos “de lejos”
No necesitan de la tecnología para ser felices; en el lugar donde viven sólo hay pelotas para pegarles “muy recio”, dicen los pequeños
El presupuesto de sus padres o tutores por lo general no alcanza para lujos, y menos aún para consolas y tabletas, que a su costo se agrega la necesidad de conexión a internet; pequeños rarámuris afirman conocer estos dispositivos electrónicos, pero sólo por televisión o en los aparadores de las tiendas, sí les gustaría tener uno, pero también disfrutan de lo que sí tienen: pelotas, peluches o muñecas.
Cada cultura es muy diferente, con costumbres variantes, que en algunos casos se han perdido en la de los mestizos, debido a los avances tecnológicos han dejado los juegos habituales y comunes, a ello hay que agregar la cuarentena, como el bote volado, las escondidas, canicas, trompo, yoyo, los encantados, brincar al lazo, la rayuela, brincar la liga, los costales, con llantas, papalotes, los carritos, las muñecas, los trastecitos, entre otros muchos más, sin embargo, para los niños tarahumaras persisten esos entretenimientos, y dan a conocer a qué les gusta jugar.
Petra es una niña tímida, quien tiene ocho años, y va en tercero de primaria, le preguntamos por sus sueños, qué le gustaría ser de grande, y respondió: “Quiero jugar básquet, quiero hacerlo siempre, juego con mis amigas y nos reímos mucho”, igualmente, sobre los quehaceres de la casa dice: “Sí le ayudo a mi mamá, yo barro”, asimismo, se le preguntó si ha utilizado la computadora para sus tareas, y señaló que no.
En sexto año de primaria se encuentra Luis, quien tiene 12 años, su juego favorito es el futbol, dio a conocer que hasta hoy no ha jugado videojuegos, y las clases las toma en casa, “me gusta mucho jugar a la pelota con mis amigos, y le pego recio a la pelota”, dice muy contento.
Lesly, de 11 años de edad, cursa el quinto año de primaria, señala que su maestro va hasta su hogar para darle clases; “me encantaría ser maestra para enseñar, y me gusta jugar con mis amigas a los trastes, corro con ellas, sí conozco los videojuegos, pero nunca he jugado con ellos, en casa ayudo limpiando para que esté limpia”.
Ricardo, de 6 años, indica que está estudiando en casa, “me gusta jugar a los carritos”, le preguntamos qué le gustaría ser de grande y si conoce los videojuegos, indicando que todavía no sabe qué quiere ser de grande y sí conoce los videojuegos, que los ha visto en la televisión, pero que él no posee uno.
Aunque la tecnología no está al alcance de ellos esto no ha mermado en la felicidad de los pequeños y pequeñas, que muestran sus rostros, quienes disfrutan jugando entre ellos mismos y que sin importar el no tener un aparato electrónico sus risas lo dicen todo: no necesitan de lujos para divertirse.
El Día del Niño para los pequeños de la etnia tarahumara no tiene ningún significado y pasa desapercibido