Tras meses de pruebas, Air France logró volar a Canadá con esta fórmula como combustible
La aerolínea Air France-KLM voló este martes un Airbus A350 propulsado con biocombustible de París a Montreal, mostrando la disposición de la aerolínea a adoptar energía de baja emisión, pese a la división en el sector sobre el ritmo de adopción.
El vuelo 342 de Air France despegó del aeropuerto Charles de Gaulle con una mezcla de 16 por ciento de combustible de aviación sostenible (SAF) en sus depósitos, producido en Francia por Total a partir de aceite de cocina usado.
El viaje supuso una "ambición compartida para descarbonizar el transporte aéreo y desarrollar una cadena de suministro de SAF en Francia", dijeron las empresas en un comunicado conjunto con el operador aeroportuario ADP.
El combustible para aviones producido a partir de biomasa o sintéticamente a partir de energía renovable tiene el potencial de reducir las emisiones de carbono, pero con un costo elevado en comparación con el precio del carburante tradicional.
A partir del año que viene, los vuelos que salgan de Francia deberán utilizar un 1 por ciento de SAF, adelantándose a los objetivos de la Unión Europea de alcanzar un 2 por ciento para 2025 y un 5 por ciento para 2030, en el marco de la política verde del bloque.
Sin embargo, las compañías aéreas tradicionales han tratado de eximir a los vuelos de larga distancia, argumentando que un requisito de SAF sólo para Europa podría exponerlos a la competencia desleal del extranjero.
Esto ha provocado una airada respuesta de las aerolíneas de bajo costo, como Ryanair, Wizz Air y easyJet , que escribieron a la UE en marzo para exigir que las normas se apliquen a todos los vuelos con origen en Europa.
Las aerolíneas tienen una "gran responsabilidad" para reducir las emisiones, dijo el martes el presidente ejecutivo de Air France-KLM, Ben Smith, pero reiteró sus dudas sobre las cuotas europeas para los vuelos de larga distancia.
Este biocarburante, producido en la refinería que el grupo petrolero Total tiene en La Mède, cerca de Marsella (sureste de Francia), permite evitar en este vuelo la emisión de 20 toneladas de dióxido de carbono (CO2), destacan en un comunicado las cuatro empresas asociadas en la experiencia.
Según los cálculos de Air France, utilizar esa mezcla de aceite supone un sobrecoste por pasajero de unos 4 euros para el trayecto entre la capital francesa y la ciudad canadiense. Su objetivo es que el uso de estos biocarburantes se generalice para todas las aerolíneas.
En paralelo a la operación de este martes, Airbus está llevando a cabo una series de pruebas para certificar aviones de línea que puedan utilizar 100 por ciento de biocarburantes "en las próximas décadas".
Air France-KLM se jacta de ser uno de los pioneros en estos métodos, con un primer vuelo realizado por un avión de KLM en 2009.