El Heraldo de Chihuahua

Raúl Sánchez Küchle

Se acerca la hora de emitir el voto ciudadano para elegir a los contendien­tes a diversos puestos públicos en medio de la pandemia que no acaba de ceder. Con o sin pandemia, prácticas para atraer el voto popular repiten esquemas ya probados o conocidos.

- Raúl Sánchez Küchle

Algunas prácticas pueden ser atractivas y fiables, sin caer en hechos que atenten contra la integridad de partidos y sociedad, pero otras –a veces las más- se vuelven criticable­s al hacer uso de elementos que ofenden a ciudadanos y pueden ser señaladas como deleznable­s y hasta constituti­vas de delitos.

El uso de dinero público, de bienes materiales o de personal gubernamen­tal para apoyo de campañas de partidos y candidatos, lo que a veces se vuelve común, no puede en forma alguna caer en el aplauso y dejarse de lado sin ser sancionado; lo mismo el acarreo de personas a los actos públicos de los aspirantes, las dádivas económicas o en especie a cambio del voto, las presiones de diverso tipo sobre empleados públicos o privados para asistir a eventos o manifestar­se a favor de determinad­os proyectos políticos o candidatos, las amenazas para quienes no se plieguen a lo que determinen los jefes o directivos…, y otras prácticas más.

Las promesas efectuadas por partidos o candidatos pueden caer también en prácticas que, no por conocidas, son atentatori­as contra el buen sentido de las personas, creando falsas ilusiones o expectativ­as, usándolas sólo para ganar popularida­d. No pocas veces se prometen cosas que de antemano se sabe no pueden cumplirse, o bien no están en la esfera de las atribucion­es de los puestos a los que se aspira.

Una práctica que también se utiliza es el denostar a los otros contendien­tes al mismo puesto, sea o no cierto aquello que se les atribuye. Se llega a lo que se ha denominado como “guerra sucia”. Durante el tiempo de campaña se efectúan denuncias de todo tipo, las cuales pueden o no correr con suerte. Después de las votaciones muchas de esas denuncias no siguen su curso, duermen el sueño de los justos o caen en el olvido.

Las alianzas entre partidos –otra prácticapa­recen estar de moda, y se hacen a modo para oponerse a quienes suponen pueden alcanzar mayores votos. No importa o parece no importar que los principios o ideología de tales partidos sean divergente­s u opuestos, y los problemas al arribo del poder surjan como por encanto. Los partidos minoritari­os suelen aliarse con otros para no ser descartado­s del ámbito político.

En fin, son muchas las prácticas que, a pesar de buenas intencione­s y buenos proyectos y propuestas, enrarecen el ambiente electoral. Ello, sin embargo, no debe conducir a los ciudadanos al abstencion­ismo. ¿Lo ven?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico