Sergio Armendáriz R.
“La educación no ha producido ciudadanos significativamente mejores. Existe una razón obvia: la educación no es, en sí, educación en la política ni acerca de la política”. Giovanni Sartori
Muy cerca de un proceso electoral y todavía más de la mitad de los ciudadanos se muestra indeciso, quizá por el desconocimiento de los principios y la concepción filosófica de cada uno de los partidos. La parafernalia y el montaje de la propaganda se reitera, sin ningún cambio cualitativo: enormes espectaculares cubren las avenidas, las calles con fotografías de personas que son desconocidas, acompañadas con frases demagógicas huecas, totalmente ajenas a la realidad mexicana. Spots de radio y televisión que son una burla para los espectadores. Buscan el voto antidemocrático derivado del videopoder, y bloquean la posibilidad del ciudadano de reflexionar y
La manipulación que ejerce el presidente de la república ante los medios de comunicación es inadmisible e hipócrita
lo ubican en un escenario de miseria ideológica, que ha llevado al triunfo a quienes menos lo merecen.
La manipulación que ejerce el presidente de la república ante los medios de comunicación es inadmisible e hipócrita, por un lado se autonombra el hombre prístino, incorruptible y dueño de las llaves de los cielos, y por otro, miente, lanza epítetos a quienes no comparten sus falacias. Para G. Sartori: “La gobernabilidad es el asunto fundamental de las democracias modernas”. Por otro lado, México ha sido desde 1824 un país de leyes que sólo han sido una aspiración, porque a la hora de la negociación, a la hora de aplicar la ley, pesa más la praxis que la aplicación parcial igualitaria de la ley.
Bien podemos reflexionar de la realidad de la ingobernabilidad al darnos cuenta que los representantes denominados diputados deben ser la expresión genuina del voto popular, el Senado es la representación territorial del país. Empero no sucede así, los diputados son los peones del ajedrez de sus líderes partidarios, de sus gobernadores y, aun, de la Presidencia de la República. Lo anterior nos lleva a inferir que los candidatos electos estarán dentro del círculo vicioso del presidencialismo y que jamás llevarán a cabo la función sustantiva: representar al pueblo que los eligió, y que debe exigir el cumplimiento de la Constitución Nacional. Cuando el presidente quiere gobernar por decreto, es lo mismo que adueñarse del Poder Legislativo, máxime si su partido tiene mayoría y la tentación se incrementa al pretender subyugar al Poder Judicial, tal como lo está haciendo en estos momentos.
Este escenario de abuso de poder, de tiranía, de quebrantamiento de nuestro sistema legal, propone como prospectiva el fortalecimiento del asalto al poder y formalizar la reelección del presidente para aplastar la voluntad popular y convertir nuestro gobierno en una dictadura militar.