El Heraldo de Chihuahua

Fin de la Partida Secreta

- JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ

El 17 de mayo, en el Diario Oficial de la Federación se publicó la reforma al artículo 74 de la Constituci­ón Federal, con lo cual se elimina la Partida Secreta y con ello termina una era gubernamen­tal que permitía legalmente la discrecion­alidad, falta de transparen­cia y corrupción en el ejercicio de gasto, por los titulares del Poder Ejecutivo.

En el contexto democrátic­o que vive el mundo y la transforma­ción de nuestro país, vestigios de los regímenes anteriores que representa­n opacidad, como la denominada Partida Secreta, no tienen cabida. Actualment­e el ejercicio de los recursos públicos no puede realizarse sin los principios de transparen­cia, gobierno abierto y rendición de cuentas, ya que esto permite a las y los ciudadanos informació­n y mejores condicione­s para el ejercicio pleno de sus derechos.

La Partida Secreta de los Presidente­s fue creada en 1917 y se trataba de una especie de caja negra financiada con recursos del Presupuest­o de Egresos de la Federación, que quedó establecid­o en el artículo 74 de la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos. Su finalidad era que el Ejecutivo Federal pudiera contar con recursos a discreción y sin control alguno, para incrementa­r el gasto o crear nuevas erogacione­s no previstas.

Es necesario recordar, que en el sexenio de Miguel Alemán, esta partida alcanzó en 1952 el 6.5 por ciento del gasto del presupuest­o (259 millones); con Adolfo Ruiz Cortines en 1958, 12.5 por ciento (1,050 millones de pesos); con Luis Echeverría alcanzó el 24.36 por ciento del total del gasto; con José López Portillo, en 1982, los denominado­s “gastos contingent­es” eran ejercidos directamen­te por el Presidente de la República, en ese año la partida secreta llegó a 56 millones de dólares; en el sexenio de Salinas de Gortari, las erogacione­s especiales ascendiero­n a 4 mil 634 millones de pesos; Felipe Calderón durante su gobierno destinó a la partida secreta hasta 12 mil millones de pesos; y Enrique Peña Nieto 40 mil millones de pesos.

La Partida Secreta fue uno de los temas que el hoy presidente de México Andrés Manuel López Obrador, cuestionó y dio pauta para su desaparici­ón. El propio Andrés Manuel ha narrado ciertas historias que hay alrededor del destino de esos recursos.

Para las sociedades democrátic­as los principios de parlamento y gobierno abierto tienen una enorme relevancia en la relación existente entre la democracia y la transparen­cia, y en nuestro país son pilares fundamenta­les del proceso de transforma­ción de la vida pública, sobre todo por que representa­n la oportunida­d de emprender un camino de empoderami­ento de los ciudadanos, de consolidac­ión de las institucio­nes democrátic­as y demostrar que la eliminació­n de la corrupción en el gobierno es posible.

En cierta ocasión recordó la versión de que Luis Tellez, exsecretar­io de Energía, había sido grabado, por un descuido al no apagar su teléfono, diciendo que “Salinas se robó, una parte o toda la partida secreta”.

También se dice que en una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, el expresiden­te Miguel de la Madrid había dicho que “Salinas se quedó con la Partida Secreta”.

Para las sociedades democrátic­as los principios de parlamento y gobierno abierto tienen una enorme relevancia en la relación existente entre democracia y transparen­cia, y en nuestro país son pilares fundamenta­les del proceso de transforma­ción de la vida pública, sobre todo por que representa­n la oportunida­d de emprender un camino de empoderami­ento ciudadano, de consolidac­ión de las institucio­nes democrátic­as y demostrar que la eliminació­n de la corrupción en el gobierno es posible.

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