El Heraldo de Chihuahua

El chef de Mirazur, servirá menús basados en la relación de las fases lunares con el crecimient­o de las plantas Cocina con ayuda de la luna

- PILAR SALAS / EFE

Sin miedo a que le llamen lunático, el argentino Mauro Colagreco ha “contratado” a la Luna como jefa de orquesta de la cocina de Mirazur -con tres estrellas Michelin y Mejor Restaurant­e del Mundo en Menton (Francia)-, para servir a partir de su reapertura el 9 de junio menús basados en la agricultur­a biodinámic­a.

Sus principios los fijó el filósofo Rudolf Steiner en 1984, basándose en la armonía cósmica de culturas ancestrale­s y establece la influencia de las fases lunares en el crecimient­o de las plantas, además de relacionar­la con los cuatro elementos (tierra, fuego, aire y agua), de forma que según la Luna sea nueva, creciente, menguante o llena es mejor recolectar flores, hojas, raíces o frutos.

Es el conocimien­to con el que Colagreco ha decidido afrontar la nueva etapa de Mirazur tras el cierre obligado por la pandemia desde una perspectiv­a de “conectar con la naturaleza” porque “la cocina es un espacio de privilegio en el que la materia prima, los alimentos, son la vida y quien cuida el alimento cuida la vida”.

Lo ha explicado este miércoles en el auditorio del Congreso Internacio­nal de Gastronomí­a “Madrid Fusión Alimentos de España”, donde ha animado a todos los cocineros del mundo a “aprovechar su oportunida­d de impactar en el entorno de forma positiva, crear conciencia, porque la tierra lo necesita y las generacion­es futuras lo reclaman. El futuro es hoy, la naturaleza debe estar en el centro de las cocinas, hay que practicar una gastronomí­a circular y respetuosa con los ciclos de la vida”.

Para Mirazur, que se abastece de huertos propios que son su “inspiració­n”, supone un reto ofrecer en una misma semana cuatro menús diferentes basados en los ciclos lunares, que se muestran en su calendario de reservas: unos días dan protagonis­mo a las flores, otros a las raíces, otros a las hojas y otros a los frutos.

“Es un cambio total, la Luna es la jefa

“Durante el confinamie­nto pensé que era muy coherente respetar el ciclo de la vida siguiendo la cadencia de los ciclos lunares”

de orquesta de nuestra cocina (...). Durante el confinamie­nto pensé que era muy coherente respetar el ciclo de la vida siguiendo la cadencia de los ciclos lunares. Da mucho más trabajo, pero es un ejercicio hermoso de conexión con la tierra y con nuestros antepasado­s, que honraban la naturaleza y seguían a los astros”, ha expuesto Colagreco.

No sólo cambian los platos, sino también la vajilla y la decoración de las mesas. Este miércoles correspond­ía a las flores, experienci­a que ha reproducid­o en Madrid Fusión comenzando por un picnic que en Mirazur ofrecen en uno de sus jardines, repletos de limoneros con el Mediterrán­eo enfrente y los Alpes marítimos a la espalda del comensal.

Ya en la sala, el cocinero argentino ha optado por un menú degustació­n corto, de entre ocho y nueve pases, “suficiente­s para transmitir nuestra cocina y nuestro pensamient­o”, que arranca con gamba roja de San Remo marinada con pétalos de rosas en fermentaci­ón láctica, leche de almendras, ruibarbo y gotas de esencia de rosas.

Continúa con flores de borraja de Liguria sobre flan de navajas, alcaparras y alcachofas servidas sobre tartaleta de carbón vegetal, y remolachas amarillas, mejillones y salsa de su cocción con azafrán infusionad­o en homenaje al “oro de la cocina”, ya que para obtener un kilo se necesitan aproximada­mente 250 mil flores.

Cocina a la brasa la flor de banano, que cultiva en sus huertos gracias al microclima de Menton, y la sirve con salsa de mantequill­a y huevas de trucha; y acompaña un salmonete a la brasa con popurrí de flores y consomé de cabezas de gamba roja porque “hay que aprovechar todo el producto, trabajar para evitar derroches porque no puede ser que un tercio de los alimentos que se producen en el mundo terminen a la basura, es un escándalo”.

En el menú de las flores, que está relacionad­o con el aire, utiliza el pichón cocinado con mantequill­a y salsa ligada con su sangre e interiores, en un plato en el que reproduce una flor de cerezo a base de puré de flores de hibiscus y acompaña una tartaleta de flores de begonia que le aporta notas ácidas.

La parte dulce del menú se compone de un helado de pétalos de capuchina que se sirve con flores y un jugo de guisantes en un vaso con forma de flor, y un homenaje a las abejas utilizando miel, propóleo y polen.

“Hacemos una cocina respetuosa con los ciclos de vida, aunque nos tomen por lunáticos”, ha defendido Mauro Colagreco.

 ?? MARISCAL/EFE ?? de la idea, Mauro Colagreco
MARISCAL/EFE de la idea, Mauro Colagreco
 ??  ?? El postre es un helado de pétalos de capuchina con flores y jugo de guisantes
El postre es un helado de pétalos de capuchina con flores y jugo de guisantes

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico