Ma. Soledad Limas Frescas
Winston Churchill
refería que la democracia tiene defectos como sistema de gobierno, pero con todas sus imperfecciones no se ha inventado un mecanismo mejor. La democracia debe cuidarse por su gran valor, así lo han reconocido estadistas, políticos y gobernantes; el cuidado de la democracia y su ejercicio corresponde a los ciudadanos fundamentalmente. Quienes vivimos en regímenes democráticos reconocemos el valor que tiene el ejercicio de derechos, como la libertad, igualdad, propiedad y la seguridad, de los cuales se puede hacer un sinfín de subclasificaciones, no obstante al hablar de derechos como ciudadanos responsables debemos ser conscientes de que cada derecho trae aparejada una obligación, que en el lenguaje kantiano sería el equivalente a un deber. En el escenario que hoy nos ocupa, me referiré al derecho invaluable de ejercer nuestro voto que es libre y secreto, y por lo mismo debe ser un voto responsable.
En estos tres días previos a la elección nos toca como buenos ciudadanos informarnos sobre los perfiles de las y los mejores candidatos, de su actuación en la vida pública y privada, sus valores y principios, su empatía con todos, pero especialmente con los más necesitados, los resultados en los cargos públicos o privados desempeñados, y algo muy importante, las propuestas y compromisos de campaña, porque como ciudadanos debemos monitorear, que dichas propuestas y compromisos de los hoy candidatos y candidatas sean cumplidas cuando protesten su encargo.
Votar es un derecho, pero también una obligación imperfecta, porque si no se cumple no tiene sanción, según mi opinión debería haberla, podría consistir en trabajo comunitario, como limpiar parques y jardines, pintar escuelas, etc. De esta manera si no es por amor a México lo que inspire votar, que sea por evitar una sanción, y se haga costumbre el ejercicio del voto.
Desgraciadamente en México en todas las votaciones y más en las intermedias el abstencionismo es preocupante, muchos mexicanos se
quejan constantemente de los gobernantes y de sus malas condiciones de vida, pero no acuden a votar, resulta una incongruencia culpar a otros de su irresponsabilidad, de ahí el famoso lema de “si no votas no te quejes”, aunque los que no votan se sigan quejando.
Actualmente sólo 22 países viven en democracia plena y obvio son los países desarrollados, casi la mitad de la población mundial vive en algún tipo de democracia, en algunos países con mayores o menores defectos, frente al 51.6 por ciento de la población que vive en regímenes híbridos o autoritarios.
Cuidemos la democracia, por ser el sistema de gobierno que nos permite elegir a nuestros gobernantes y representantes. No echemos en saco roto la alerta del latinobarómetro, que al medir el nivel de satisfacción con la democracia en América Latina, el 71.4 por ciento de los ciudadanos expresaron estar insatisfechos con la democracia y en México el 80 por ciento. Cuidemos la democracia y votemos con responsabilidad, para poder seguir votando.