EL DEPORTE LO ES TODO
Ivar Sisniega y Felipe Muñoz buscan que la actividad física sea una constante en su rutina
Para los deportistas que en algún momento fueron de alto rendimiento, la actividad física es algo que los acompañará por el resto de su vida. Cuentan que la adrenalina que se vive en los momentos cúspide de un entrenamiento es tanta, que no queda más que buscar algo de eso, aunque los años pasen y el cuerpo, como es natural, no responda de la misma manera.
“Una vez que se hace hábito, lo que te va a decir toda la gente que ha hecho ejercicio es que no pueden vivir sin eso, es parte de sentirse completo y mantenerse mejor, aunque la edad vaya avanzando”, dice Ivar Sisniega, representante de México en Pentatlón Moderno durante los Juegos Olímpicos de 1980, 1984 y 1988.
Competidor nato desde que era niño, tanto que en la escuela solía organizar carreras en los recreos, a sus 62 años mantiene firmes las intenciones de seguir activo. Las sensaciones que emanan de la competencia es algo que no se pierde, sobre todo en quien está acostumbrado a ellas.
“Sigo compitiendo en eventos de natación, de triatlón, porque eso es algo que me divierte, que me proporciona mucho placer y satisfacción, sobre todo, seguir compitiendo, como se pueda”, comentó Sisniega.
El hecho de mantenerse en competencia no es sencillo. Requiere su esfuerzo. Sisniega alterna sus actividades como secretario general de Panam Sports con una rutina física que le permite afrontar las exigencias de actividades multidisciplinarias como el Triatlón.
“Si no hago deporte en el día siento que no me he ganado la comida Tengo la fortuna de que competí en Pentatlón Moderno, luego fui triatleta profesional, son muchos deportes, y eso creo que a la larga me ayudó a seguir muy activo, porque le voy cambiando. Una semana típica hago dos o tres sesiones de gimnasio, de pesas, nado generalmente dos o tres veces a la semana, corro dos o tres veces y también hago ciclismo. Hago esos tres deportes más gimnasio, de una a dos horas diarias, he seguido con esa rutina hasta ahora y por lo mismo me ha sido más o menos fácil”, explicó.
“Al deporte que más he estado ligado es a la natación. Empecé como nadador y al final regresé, es un deporte para toda la vida porque no te lesiona, realmente te fortalece sin lastimarte. A mí lo que me gusta mucho es correr, hubo unos años que no lo pude hacer por las rodillas, pero mi cuerpo se regeneró y otra vez estoy corriendo. Y si en esas estamos, me gusta mucho también la bicicleta, aunque he tenido mis buenas caídas, pero me gusta mucho salir a andar en bicicleta, hay lugares increíbles. Es otra sensación porque vas a una velocidad mucho mayor que en la carrera y la natación”, agregó.
MANTENERSE ACTIVO Algo parecido le ocurre a Felipe Muñoz, el Tibio, nadador y medallista de oro en los Juegos Olímpicos de México 1968, quien, pese a ya no tener la misma actividad de antes, comprende la importancia que representa el mantenerse activo y busca
IVAR SISNIEGA DEPORTISTA OLÍMPICO “Me gusta la sensación de estar haciendo un esfuerzo, es una satisfacción. Te sientes bien durante y sobre todo te sientes bien de haber hecho ejercicio, es una sensación de que cumpliste con una meta que tienes”
FELIPE MUÑOZ MEDALLISTA OLÍMPICO “Para mí el deporte es una forma de vida, ya es parte de mí, la actividad física me la inculcaron mis padres desde muy joven. Ellos mismos hacían un poco de deporte, pero a mis hermanos y a mí siempre nos fomentaron la actividad física”
en las labores cotidianas esa dosis de ejercicio.
“Ya no hago ejercicio como antes. Ya tengo 70 años, hay que cuidarse mucho, pero sí trato de hacer algo diario, caminar al menos. Ahorita estoy ayudando a mi esposa, acabamos de pintar un librero. Estoy al aire libre, y eso me ayuda un poco a mantenerme en forma, sano. Al menos entretenido y haciendo un poco de actividad física”.
Aunque no tiene una rutina definida, Felipe Muñoz mantiene el deseo de volver pronto, cuando la situación sanitaria lo permita, a las albercas, ese lugar que tantas alegrías le dio cuando tenía apenas 17 años y ganó la presea dorada ante el júbilo de todo el país.
“No hay una meta, a veces camino una hora, a veces no camino. No es que tenga una rutina, no la tengo, lo que sí busco es hacer algo, algún tipo de actividad, la que sea. Ya no nado, no estoy cerca de las albercas donde me gustaría al menos tirarme un rato, no pertenezco a ningún club, pero pronto que se ponga todo esto mejor voy a tratar empezar a nadar, aunque sea un poco”.
Eso sí, el Tibio recuerda con cariño aquella época de entrenamientos extenuantes. Una especie de adrenalina que, pese al cansancio, lo motivaba a siempre ir por más.
“Cuando entrenaba me gustaba mucho trabajar fuerte y cansarme. Salía yo muy satisfecho, cansado pero contento de que había hecho un buen trabajo. Me gustaba ese sentimiento de adrenalina cuando estás haciendo ejercicio. Ya estás muy cansado y eso te da una especie de adrenalina que me gustaba. En los entrenamientos trataba de llegar a los puntos más intensos para poder sentir eso. Sale uno muy contento, satisfecho y relajado”, finalizó Muñoz.