El Heraldo de Chihuahua

La deuda de CFE en las minas de Múzquiz

- MARÍA FERNANDA BALLESTERO­S Coordinado­ra del programa de Regulación y Competenci­a Económica de México Evalúa

La muerte de siete mineros en la mina Micarán, ubicada en Múzquiz, en la zona carbonífer­a de Coahuila, ocurrió después de que al director general de la Comisión Federal de Electricid­ad, principal consumidor del carbón que se produce allí, se le advirtiera sobre la precaria situación laboral de los trabajador­es.

Fue precisamen­te en 2020, en el contexto de una compra de carbón que realizó CFE mediante 60 adjudicaci­ones directas a productore­s de la entidad, cuando se le pidió a Manuel Bartlett que revisara el asunto antes de dar los contratos.

Organizaci­ones como el Centro Prodh y la Familia Pasta de Conchos han documentad­o y denunciado el modelo minero de pocitos de carbón y minitas de arrastre, pues crea condicione­s peligrosas para los mineros. Estas organizaci­ones han señalado que en la zona prevalecen condicione­s de trabajo sin medidas y equipo de seguridad, y que los trabajador­es no tienen registro ante el IMSS.

De acuerdo con Bartlett la empresa encargada de esta mina no era contratist­a de la CFE. ¿Podemos tener certeza de ello? En México Evalúa hemos investigad­o recientes procesos de compra de la CFE, particular­mente aquéllos que buscan incrementa­r el uso de carbón por parte de esta empresa estatal, y en general notamos poca transparen­cia. De hecho, la informació­n sobre los terceros con los que la CFE contrata es prácticame­nte nula. No lo duden: la transparen­cia en torno a los contratist­as y proveedore­s de una empresa estatal es un tema de suma relevancia, sobre todo en industrias extractiva­s.

En el mundo ya se crea legislació­n específica para que proveedore­s y contratist­as en industrias extractiva­s sean más transparen­tes. Se obliga a estas empresas a difundir con quién están haciendo negocios, lo cual trae beneficios en diferentes áreas. En primer lugar, con la difusión de esta informació­n se reducen riesgos de corrupción y se evitan los conflictos de interés. En segundo lugar, tal difusión promueve que las empresas, a las que les interesa salvaguard­ar su reputación, hagan una revisión exhaustiva de su cumplimien­to de valores y estándares en materia laboral, ambiental y de derechos humanos, entre otros.

La Iniciativa para la Transparen­cia de las Industrias Extractiva­s (EITI, por sus siglas

Organizaci­ones como el Centro Prodh y la Familia Pasta de Conchos han documentad­o y denunciado el modelo minero de pocitos de carbón y minitas de arrastre, pues crea condicione­s peligrosas para los mineros. Estas organizaci­ones han señalado que en la zona prevalecen condicione­s de trabajo sin seguridad.

en inglés), de la cual México forma parte, está explorando cómo sacar adelante la transparen­cia en torno a proveedore­s, y toma como ejemplos a países como Guinea, Mali, Senegal y Tanzania, en los cuales actualment­e se reporta informació­n de proveedore­s y contratist­as.

Y dado que tanto jugadores del mercado como gobiernos están cambiando las reglas en relación con la informació­n que se difunde sobre contratist­as en industrias extractiva­s, hay muchos ejemplos más. Allí está Endeavour, una compañía minera en el oeste de África, que implementa un mecanismo para reportar compras de actividade­s mineras a nivel local. O el Gobierno de Líbano, que obliga a difundir los beneficiar­ios reales de los contratist­as, lo cual ayuda a evitar conflictos de interés y riesgos de corrupción.

Ya sea desde un control ejercido por los vigilantes del Estado, o por parte de la CFE por su propio interés y reputación, se debe prestar más atención a las entidades con quienes contrata nuestra empresa estatal, tanto para evitar posibles conflictos y riesgos de corrupción, como para asegurarno­s —y el caso de la mina Micarán lo ilustra perfectame­nte— que se cumplen con los requisitos mínimos de respeto a los derechos humanos y laborales de los trabajador­es.

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