Nada que conmemorar
Se ha reducido la producción de calabacitas, acelga, rábano y cebolla, entre otros, lamentan
Sufriendo el azote de la sequía y logrando a duras penas la supervivencia de sus siembras es como campesinos recordarán en este año la conmemoración del Día del Agricultor. Juan, de 80 años, que desde 1969 se dedica a cultivar la tierra, dispone de apenas pulgada y media en la noria de donde extrae agua para regar.
CHIHUAHUA, Chih., (OEM).Juan María Bustillos, agricultor de la zona de siembra al poniente de la ciudad de Chihuahua, enfrenta los azotes de la sequía, que han reducido su producción de calabacitas, acelga, rábano y cebolla de rabo, además de cilantro, con apenas una pulgada y media en la noria de donde extrae agua para regar.
Así lo compartió mientras se encontraba deshierbando los surcos de cilantro, de los que dijo que por hoy ya había logrado el riego que tuvo que incrementar a diario, por las altas temperaturas y el implacable sol que queman los cultivos más tiernos y las hojas más nuevas.
“Estamos levantando calabaza y cilantro, poquito a poquito; pero no estamos sacando ni los gastos, pagan muy barato, es muy poca producción por falta del agua, la lucha como toda la vida, si cae un aguacero en las cumbres de Majalca, crece el río y se llena un poquito la noria, pero ahora nada. Las plantas se chamuscan con el sol, todo lo más tierno se reseca con las puntas de las hojas. Del agua, le echábamos agua cada tercer día, ahora la calabaza a diario y el cilantro a diario. Hay que pagar el sueldo de dos trabajadores, casi no sale”, refirió el longevo productor, quien atesora 80 años de vida, y sigue esforzándose en el trabajo del campo.
En el marco del Día del Agricultor, el 24 de junio, relató que el pasado 5 de marzo arribó a la octava década de vida, y que desde 1969 se dedica a hacer producir la tierra con frutos del campo. Durante más de 50 años como agricultor ha enfrentado sequías, pero también crecidas de agua, que terminan por llevarse todo su sembradío y que en ninguno de los dos casos ha recibido algún apoyo del gobierno, ni de ningún programa de ayuda.
“Nunca se arrimó nadie a ayudarnos, nada más el trabajo de las manos. No vamos a dar marcha atrás, hasta que nos muramos”, afirmó.
Don Juan María compartió que es el proveedor de su familia, y que en su casa habitan su esposa y su hija mayor, para quienes es la fuente de ingresos.
“Uno sí produce para comer, si alguien viene y piden calabacitas, cebolla, cilantro, ¡hasta regalado!, porque piden regalado. A lo mejor por eso estamos aquí, para alimentar a las personas. En mi casa nomás vivimos mi señora y yo, y una de mis hijas, la mayor de la familia, somos tres los que estamos viviendo en mi casa.
“Nunca se arrimó nadie a ayudarnos, nada más el trabajo de las manos. No vamos a dar marcha atrás, hasta que nos muramos”,