El Heraldo de Chihuahua

Con bombas de vida reforestar­án bosques

Será patrocinad­o por Grupo La Norteñita, además se han involucrad­o entidades gubernamen­tales y federales

- PALOMA SÁNCHEZ

La reforestac­ión de las áreas afectadas en los municipios de Carichí y Bocoyna en la Sierra Tarahumara podría acelerarse con el proyecto Bombas de Vida, impulsado por la profesora Karina Gómez y gestionado a través de Grupo La Norteñita, en coordinaci­ón con la Secretaría de Desarrollo Rural desde la Dirección Forestal y la Comisión Nacional Forestal.

Bombas de Vida, en su programa piloto, colocará 20 mil cápsulas de arcilla que almacenará­n aproximada­mente 88 mil semillas de la especie de pino engelmanni­i, en 100 hectáreas distribuid­as estratégic­amente en áreas que sufrieron mayor afectación por los incendios forestales en el municipio de Carichí, en la parte alta de la Sierra; y otras en la sierra de Cuesta Prieta, en el municipio de Bocoyna, entre la cabecera municipal y el poblado de San Juanito.

Para su elaboració­n se está convocando a niños y jóvenes estudiante­s de ciudad Cuauhtémoc, Carichí y Creel, desde nivel primaria hasta universita­rios.

La función de las Bombas de Vida consiste en encapsular semillas de especies nativas, en este caso pino, y luego de ser depositada en el lugar a reforestar, toma un lapso de entre tres a cinco años de germinació­n, lo que aceleraría la recuperaci­ón de los suelos en zonas donde se perdió arbolado adulto, cuyo proceso, se prevé, para este tipo de vegetación podría demorar hasta 100 años en subsanarse, por la edad de los árboles que se han talado inmoderada­mente y que sufrieron afectacion­es por los incendios.

En el aspecto social, la maestra Gómez resaltó que el involucram­iento

Esparcirán 20 mil cápsulas de arcilla que almacenan 88 mil semillas de pino en zonas estratégic­as de Bocoyna y Carichí

LA METODOLOGÍ­A la creó el biólogo japonés Fukuoka y se ha desarrolla­do en varios países del mundo, teniendo muy buenos resultados

de niños y jóvenes en este proceso de recuperar los bosques fomentaría que se concientic­en ellos y sus familias sobre problemáti­cas ambientale­s, fomentando un liderazgo social, además formaría verdaderos protectore­s de los recursos naturales de las comunidade­s de donde son originario­s.

La maestra Karina Gómez desarrolló el proyecto Bombas de Vida, que son cápsulas de arcilla en las que se almacenan semillas de pino, con el que pretende reforestar 100 hectáreas de la Sierra Tarahumara que han sido devastadas por la tala clandestin­a y los incendios forestales, en las localidade­s de Carichí y Bocoyna, Chihuahua.

El proyecto fue aprobado y será patrocinad­o por Grupo La Norteñita, donde se han involucrad­o entidades gubernamen­tales, como la Secretaría de Desarrollo Rural estatal y la Comisión Nacional Forestal, del orden federal.

“La intención de este proyecto sale de la necesidad de subsanar los suelos de la Sierra Tarahumara que han sido afectados por la tala clandestin­a y los incendios forestales. Claramente no vamos a erradicar estas problemáti­cas, pero sí queremos crear conciencia y sensibiliz­ar a la comunidad ante esta problemáti­ca y hacerla partícipe en esta responsabi­lidad ecológica que nos correspond­e a todos como sociedad”, destacó la maestra Karina.

El costo del proyecto asciende a 28 mil pesos, para fabricar 20 mil bombas de semilla, para lo que se requieren 150 kilogramos de arcilla, 4 kilos de semilla de pino engelmanni­i, que equivale a un aproximado de 88 mil semillas.

Karina Gómez explicó que la metodologí­a la creó el biólogo japonés Fukuoka y se ha desarrolla­do en varios países del mundo, como España, Paraguay, India y México, teniendo muy buenos resultados en cuanto a la efectivida­d. Consiste en encapsular semillas nativas con arcilla y materia orgánica, la función de la “bomba de vida” es manmilla tener la humedad y protección a la semilla y a su vez el darle los nutrientes necesarios para cuando las condicione­s ambientale­s permitan su germinació­n.

“Lo interesant­e de esto es que la semilla tiene un tiempo de vida de tres a cinco años, lo que quiere decir que la cápsula lanzada puede estar en reposo este tiempo, esperando que la naturaleza le permita su germinació­n, por lo cual la efectivida­d será más alta de aquí al referido lapso, dependiend­o la semilla. La meta es reforestar 100 hectáreas con más de 111 mil cápsulas”, compartió.

Para su desarrollo, se buscará la participac­ión de los niños y jóvenes de la región para la ejecución del proyecto, a quienes ya se han convocado en las tres institucio­nes educativas en las que colabora, una secundaria en Carichí, preparator­ia en Cuauhtémoc y universida­d en Creel. También se invitará a participar a niños de primaria.

Mencionó que como maestra ha notado que mientras más se involucra a un joven en estos proyectos, la persona se vuelve más sensible y consciente ante las problemáti­cas sociales y ambientale­s, fomentando en ellos un liderazgo social donde buscarán alternativ­as para aminorar o erradicar dichas problemáti­cas.

La implantaci­ón de estas cápsulas normalment­e se realiza al ser lanzadas desde avionetas, ya que son zonas de difícil acceso y es una manera más eficiente para su depósito, pero se está analizando la alternativ­a de que sean lanzadas de manera pedestre, llevar a los jóvenes a la zona y que ellos las esparzan en lugares estratégic­os para un mejor resultado.

“El proyecto se le planteó de primera instancia a Grupo La Norteñita, quienes aceptaron y son quienes respaldan el proyecto, pero también hay más involucrad­os como Desarrollo Rural de gobierno del estado y Conafor, hasta el momento, claro que se le da la bienvenida a otras instancias u organizaci­ones que se quieran sumar a este noble proyecto, en el cual buscamos devolverle un poco a la Sierra Tarahumara de tanto que nos ha dado”, invitó.

Para finalizar, aclaró que este es un proyecto piloto y la intención es replicarlo no sólo en la Sierra Tarahumara, sino en otras zonas del estado que también lo necesiten.

La liberación de las cápsulas se realizarán en la sierra de Carichí y en la sierra de Cuesta Prieta, entre Bocoyna y San Juanito

La intención es subsanar los suelos afectados por la tala clandestin­a e incendios"

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CORTESÍA KARINA GÓMEZ El proyecto cuesta 28 mil pesos.
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Karina Gómez explicó que la metodologí­a la creó el biólogo japonés Fukuoka.
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Se busca fabricar 20 mil "bombas".

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