Constanza García
El pasado 20 de julio, el empresario multimillonario y ex CEO de Amazon, Jeff Bezos, emprendió un viaje al borde del espacio con una duración de 10 minutos. Viajó a bordo del cohete New Shepard, desarrollado por la compañía Blue Origin, fundada por Bezos en el año 2000.
Este suceso ha causado un sinfín de reacciones, que van desde la admiración a la injuria pasando por la burla. Más allá del logro que representa un vuelo al espacio, es el trasfondo económico y social que motiva la polémica.
Somos testigos del alza de personajes como Elon Musk y Richard Branson, quienes junto con Bezos invierten miles
de millones de dólares para liderar el mercado de empresas privadas cuyo propósito es revolucionar la industria de fabricación aeroespacial, expediciones al espacio y servicios de transporte espacial.
Cuando la riqueza llega a niveles estratosféricos -literalmente- como la de estos empresarios, ya no hablamos de personas que trabajan solo con el propósito de incrementar su fortuna en términos estrictamente monetarios. En palabras del politólogo Francis Fukuyama, lo que buscan los empresarios como estos no es un nivel absoluto de riqueza, sino un estatus que sea relativo al de otros multimillonarios. Este estatus relativo ya no se reduce a cotizar en la bolsa de valores de Nueva York o tener un imperio multimillonario, sino que ahora implica la intención de colonizar el espacio.
En contraste, la carga ideológica con la que algunos políticos populistas se refieren a las clases pobres, las dota de dignidad y valor moral, aunque muchas veces sea únicamente en el marco discursivo con una estrategia demagógica.
De esta manera, lo alucinante es que la acumulación de riqueza en este reducido círculo ha sido tanta que tener, por ejemplo, una colección de coches o yates de lujo ya no es suficiente para sentir que se pertenece a él. Literalmente, conquistar el mundo se está volviendo un tanto obsoleto. La clase pobre puede en algunos casos conformarse solo con dejar de ser invisible, pero la clase millonaria no desiste hasta llevar su riqueza al espacio.
Después de aterrizar del vuelo, Jeff Bezos comentó en una entrevista que su intención a largo plazo es llevar las industrias contaminantes al espacio para poder preservar la Tierra. ¿Qué tal si estas industrias contaminantes simplemente intentaran dejar de contaminar la Tierra aunque redujeran sus ingresos? Quizá la discusión también debería de encaminarse hacia ese lugar.