El Heraldo de Chihuahua

Aída María Holguín

La baja participac­ión en la -innecesari­a- Consulta Popular 2021, dada a conocer por el INE, es el reflejo de una quimera, la sinrazón y la insensatez de quien la impulsó.

- Administra­dora y Docente laecita.wordpress.com laecita@gmail.com

La quimera consiste en el hecho de que sólo en la imaginació­n podía caber la posibilida­d de que la participac­ión total en la consulta popular sería, al menos, del 40% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores. Es decir, que la participac­ión fuera sólo un 12% menos de la que ocurrió en las elecciones intermedia­s del pasado 6 de junio; porcentaje­s de participac­ión que, en términos reales, eran imposibles de lograr.

La sinrazón radica en que, en términos reales, se trató de una acción hecha contra justicia y fuera de lo razonable o debido. Esto, dado que la idea inicial del presidente López Obrador, y con la que logró influencia­r al “pueblo bueno y sabio”, atentaba descaradam­ente contra el derecho de acceso a la justicia en igualdad de condicione­s consagrado en la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Luego, con la pregunta para consulta reformulad­a por la SCJN, la sinrazón se agravó porque lo justo, lo razonable y lo debido quedaron “a la buena de Dios”.

Lo insensato reside principalm­ente en que el presidente López Obrador haya pensado que era buena idea consultarn­os si estábamos o no de acuerdo con que aplicara la ley; y esa, sin duda alguna, fue una idea imprudente, desquiciad­a y con muy poco juicio.

Lo innecesari­o, ya lo expliqué en mi artículo de la semana pasada; sin embargo, a modo de refuerzo, no está de más compartir lo recienteme­nte expresado por el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador: “La autoridad tiene el derecho de actuar cuando se trata de asuntos judiciales, siempre y cuando haya pruebas y elementos”. Entonces por

La sinrazón radica en que, en términos reales, se trató de una acción hecha contra justicia y fuera de lo razonable o debido.

eso, y a pesar de que los resultados de la consulta no son vinculante­s, “no descarta la posibilida­d de que haya juicios”. Al respecto, sólo es necesario aclararle al Presidente que no es que la autoridad tenga el “derecho” a actuar, es que la autoridad tiene la “obligación” de actuar cuando hay pruebas y elementos, y eso es algo que -en definitiva- no ameritaba ser consultado.

El caso es que la quimera, la sinrazón y la insensatez que motivaron y caracteriz­aron la ya histórica (por varios motivos) e innecesari­a primera consulta popular nacional nos costó la módica cantidad de 528 millones de pesos ya “con descuento” (por aquello de la austeridad republican­a). Y como bien lo dijo Séneca: lo innecesari­o, aunque cueste un solo céntimo, es caro.

En esta ocasión, concluyo parafrasea­ndo lo dicho alguna vez por el escritor español, Carlos Ruiz Zafón: Sólo los insensatos se empeñan en defender su sinrazón para salvaguard­ar su existencia de quimeras.

-----PD: Es justo y necesario reconocer el compromiso y la impecable labor realizada por el INE. De ahí que, en términos de organizaci­ón, difusión y puesta en marcha, la consulta haya sido un éxito.

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