Regreso a clases, ¿irresponsabilidad?
Inminente el regreso a clases de los niveles básicos “llueve, truene o relampaguee”. Al igual que muchas decisiones de los gobiernos, principalmente el federal, ahora se pretende que en medio de los picos más altos de contagios los alumnos de los niveles básicos regresen a las aulas.
Gran parte de las escuelas carecen de condiciones para mantener a los estudiantes en un ambiente de salud; baños en condiciones deplorables, falta de agua, limpieza de salones y áreas (me llamó la atención la limpieza, pues según las autoridades se les ha estado pagando a todos los servidores de las escuelas, ¿por qué los de limpieza, si están solos, no mantienen periódicamente la limpieza en las escuelas?).
También, ahora la famosa carta responsiva de los padres que envíen a sus hijos y deslindar al gobierno y a la escuela de algún contagio, ¿responsabilidad de quién?
Definitivamente las clases presenciales apoyarán más al desarrollo de los alumnos, a diferencia del gran porcentaje de estudiantes que dejaron de estudiar o fue deficiente el proceso por el uso de la tecnología y el desconocimiento de las herramientas por parte de los profesores, no sólo herramientas tecnológicas, sino también las pedagógicas en ambientes virtuales. A la pregunta a un padre de familia sobre si llevará al niño a la escuela, la respuesta fue: “Fuera de las decisiones que tomen en las escuelas, yo no pienso llevarlo. Si en agosto no hay garantías, no lo llevo”. Otra niña que inició su secundaria en línea y no conoce su escuela: “A mí no me da miedo contagiarme, no me pasa nada, (lo que) me da mucho miedo es que se muera alguien más como mi abuelo, el covid es una enfermedad horrible”. Un padre de familia considera que el regreso a clases presenciales es pertinente porque los niños deben convivir con otros niños, dice: “Estoy consciente
de que hay incertidumbre por los contagios que se puedan generar en el ambiente familiar, pero al menos la persona que corre más riesgo en casa ya está vacunada. Y nos preocupa más la salud mental de nuestros hijos”.
Definitivamente no es una decisión fácil, ni tampoco es una decisión sin riesgo, claro que hay riesgo y al parecer es un riesgo alto, sin embargo debemos de tomar, como sociedad, una actitud de apoyo y generar “las mejores condiciones” para que los alumnos y la familia se protejan.
La resistencia a las clases presenciales refleja el fracaso de las autoridades en generar la confianza necesaria de que puede garantizar condiciones mínimas de seguridad en las escuelas ante la pandemia. La SEP ha tenido más de 17 meses para planear un regreso a las aulas, pero la confianza ciudadana en las clases presenciales seguras está en su peor momento.
“Los niños ya no aguantan, están al límite. Se enojan. Incluso pelean por Zoom. Las mamás llevan un año entero con dobles y hasta triples jornadas de trabajo. A veces hay niños que no entran a clases porque sus mamás están enfermas. Tenemos miedo, pero hay que imaginar cómo volver, mantener seguros a los niños y, al mismo tiempo, cuidar de nuestras familias y personas cercanas. Nos toca imaginar cómo combatir el distanciamiento que aprendimos con la pandemia… y mantenernos a salvo”. ¡Cuidémonos!