El Heraldo de Chihuahua

Dispara pandemia bulimia y anorexia

En 2019 recibieron apoyo médico y sicológico por estas enfermedad­es 590 adolescent­es en el estado; para 2020 la cifra se incrementó a 975

- VELVET GONZÁLEZ

Los trastornos alimentici­os en la población adolescent­e del estado aumentaron a raíz del confinamie­nto, pues de 590 casos nuevos de anorexia y bulimia registrado­s en 2019, la cifra en 2020, el primer año de la pandemia del Covid-19, se elevó a 975 casos, un 65% más, de acuerdo con la Encuesta de Salud y Nutrición en Niñas, Niños y Adolescent­es.

El estudio elaborado por el Inegi revela que el encierro por la alerta sanitaria trajo consigo un aumento de ansiedad y depresión, lo que a su vez derivó en trastornos alimentici­os como la bulimia, anorexia, y un aumento en la población con obesidad.

El panorama no sólo se presentó en la entidad, sino que fue una tendencia nacional y mundial, de acuerdo con la encuesta, en la que se refiere que gran parte de la población aumentó el consumo de alimentos altos en carbohidra­tos, grasas y azúcares, considerad­os “comida chatarra”, o con calorías “vacías”, dado que no aportan nutrientes.

Aunque el Inegi estima que personas de los distintos grupos de edades presentaro­n una mayor ingesta de alimentos, la población adolescent­e fue una de las más afectadas, pues el encierro incluyó llevar a cabo los estudios de manera virtual, lo que desencaden­ó una gran cifra de ansiedad.

A la alimentaci­ón desordenad­a se aunó la poca o nula actividad física, también provocada por un aumento en la utilizació­n de dispositiv­os electrónic­os, tanto para estudios, trabajo como para entretenim­iento.

El nutriólogo Armando Soto señaló la importanci­a de revertir los efectos de la pandemia en cuanto a alimentaci­ón, combinando los distintos grupos de alimentos, además de la práctica de ejercicio.

El encierro prolongado por la pandemia del Covid-19 disparó en un 65% los problemas alimentici­os en adolescent­es chihuahuen­ses, revela la Encuesta de Salud y Nutrición en Niñas, Niños y Adolescent­es, del Inegi.

De acuerdo con la encuesta, en 2019 fueron 590 adolescent­es en el estado los que recibieron apoyo médico y sicológico por bulimia y anorexia, mientras que en 2020 la cifra fue de 975 atenciones.

También se muestra que 2020 se caracteriz­ó por la ingesta elevada de grupos de alimentos no recomendab­les para consumo cotidiano, como grasas saturadas, azúcares añadidos, bebidas azucaradas y botanas, dulces y postres, y a esto sobrevino un repunte de trastornos en la población más joven.

“La implementa­ción de acciones como fortalecer la educación alimentari­a y nutriciona­l, preparar comidas saludables con alimentos frescos y nutritivos, adquiridos a productore­s locales; promover la creación de huertos escolares, como parte de los objetivos básicos de aprendizaj­e; restringir publicidad de alimentos no saludables, incentivar la revisión de etiquetado­s frontales y fomentar la actividad física regular permitirán revertir los efectos de mala nutrición que ha dejado la pandemia”, dijo Armando Soto, nutriólogo.

Señaló que esto ha sido expuesto por especialis­tas ante las recomendac­iones emitidas por organismos internacio­nales para atender los problemas de mala nutrición, desnutrici­ón y obesidad que se incrementa­ron de manera sensible con motivo de las medidas sanitarias y los efectos económicos derivados de la presencia del virus en el mundo.

Recordó que la Declaració­n Conjunta sobre Nutrición en el Contexto de la Pandemia de Covid-19 América Latina y el Caribe, emitida en febrero pasado por la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO), la Organizaci­ón Panamerica­na de la Salud (OPS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (WFP), se advierte que la crisis sanitaria conlleva altos riesgos para el bienestar nutriciona­l de las personas, en particular niñas y niños menores de cinco años, adolescent­es y mujeres embarazada­s y lactantes.

Por otra parte, según la Encuesta de Salud y Nutrición en Niñas y Niños y Adolescent­es, la ingesta de azúcares añadidos, en población en edad escolar, tuvo un mayor consumo, y fueron utilizados aproximada­mente cuatro y hasta cinco días a la semana. Entre 13 y 17% de los niños dijeron consumir 1 vaso (250 ml) o más de refresco en un día promedio, y cerca de 50% consumen poco menos de 1 vaso, pero en la población adolescent­e llegaron a consumir hasta cuatro vasos de refresco gaseoso azucarado por día.

A lo anterior se suma la falta de actividad física y el incremento en el uso de dispositiv­os electrónic­os, pues la encuesta reveló que durante el confinamie­nto se registró una elevada utilizació­n de aparatos electrónic­os, entre ellos la televisión, tablet y celular como medios de entretenim­iento, aun en niños más pequeños. Conforme aumenta la edad, el tiempo de exposición a las pantallas es mayor.

Frente a este panorama, el nutriólogo Armando Soto señaló la importanci­a de priorizar la disponibil­idad y el acceso a alimentos nutritivos, por medio de la producción sostenible; la aplicación de restriccio­nes en la promoción y publicidad de alimentos no saludables; y la lectura de los etiquetado­s frontales.

La falta de actividad física, incremento de uso de dispositiv­os electrónic­os y el alto consumo de alimentos ricos en grasas, bebidas azucaradas, botanas, dulces y postres elevó la problemáti­ca entre los jóvenes "Fomentar la actividad física regular permitirá revertir los efectos de mala nutrición"

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PABLO RODRÍGUEZ Exhortan a un estilo de vida saludable

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