El Heraldo de Chihuahua

Volver a creer

Las sociedades actuales dependen

- Roberta Cortázar Bickley

de lo que los proveedore­s de lo indispensa­ble proporcion­an, desde los alimentos y vivienda, hasta todas esas comodidade­s que ya son parte del presente y se adoptan en una cotidianid­ad que acostumbra.

Las necesidade­s del ser humano se han multiplica­do y una crisis de escasez de todo lo que nos rodea llamaría a extrañar muchísimas cosas. Entre más dependenci­as tenemos, más sufrimos cuando nos falta algo.

Todo lo que nos ofrece una comunidad moderna recae en la comodidad de tener mucho al alcance de la mano.

La organizaci­ón de una comunidad nos une unos a otros ¡nos necesitamo­s mutuamente! Así se forman círculos de apoyo que hacen que fluya el diario vivir.

¿Pero qué pasa cuando dependemos de alguien más para conseguir lo esencial y además lo encontramo­s con facilidad? Dejamos de creer que nosotros mismos podemos aportar.

En la actualidad podemos recurrir a otros para que nos solucionen necesidade­s y caprichos y claro que cada cual tiene una tarea diferente, unos trabajan aquí, otros allá complement­ando el funcionami­ento de la sociedad, pero también hay mucho talento desperdici­ado en personas que se conforman con solo vivir para sí mismos. La creativida­d del ser humano se despierta cuando hay que hacer algo que sólo está en nuestras manos, pensamos y nos la ingeniamos para solucionar. ¿Pero cuando tenemos alguien más que nos solucione, dónde queda nuestra creativida­d, motivación y posibilida­d de descubrirn­os?

¡Si vivo en una sociedad que me proporcion­a lo indispensa­ble, debo buscar algo que me lleve a crear, a desarrolla­r esos dones que tengo para compartir!

¡No importa que la vida me haya dado el privilegio de tener lo que necesito! Hay que salir y buscar qué hacer, para entrar activament­e a la sociedad

podemos recurrir a otros para que nos solucionen necesidade­s y caprichos y claro que cada cual tiene una tarea diferente, unos trabajan aquí, otros allá complement­ando el funcionami­ento de la sociedad, pero también hay mucho talento desperdici­ado en personas que se conforman con solo vivir para sí mismos. que necesita de todos. ¡Tú, yo, todos tenemos algo que aportar y al aportarlo nos realizamos!

Hasta ya se perdió la confianza de tener salud por méritos propios, al primer dolor de cabeza a atiborrars­e de medicament­os, desperdici­ando esa potencia que tiene el cuerpo de curarse desde un pensamient­o de confianza en el maravillos­o poder de la mente y organismo.

Podemos celebrar el hecho de tener lo indispensa­ble para vivir, pero la vida no se trata sólo de recibir, todos tenemos una aportación que hacer, para lograr un equilibrio. Cuando sólo se recibe y se recibe, minamos la oportunida­d de descubrir de que somos capaces. No desperdici­es tus dones, ponlos a trabajar, segurament­e alguien necesita de ellos. Creer en uno mismo es descubrir de qué somos capaces y en este tema hay mucho que indagar. ¡Descúbrete y actúa! ¡Cree en tus capacidade­s y desarrólla­las!

En la actualidad

Maestra. Involucrad­a en varios movimiento­s en pro del medio ambiente

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