Siempre tuvo a una gimnasta en casa
Yenderina tiene la culpa. La mamá de Alexa Moreno fue la que observó las cualidades de su hija.
El talento no era normal. El paso siguiente fue fortalecerlo. Ella lo cuenta: “Nosotros teníamos unos columpios en la casa de esos que se usaban antes, con cadenas, Alexa se trepaba, agarrabas los garrafones y se subía para poder agarrar las cosas de arriba en la cocina, en los columpios se agarraba de los tubos, hacía cosas que la verdad no eran propias para su edad, tenía 3 años y era muy fuerte, aparte tenía mucha energía, cuando vi eso investigué en diferentes lugares hasta que di con la sala de gimnasia, recuerdo que no la aceptaban porque estaba chiquita, les pedí que la dejaran quedarse, ella empezó haciendo ejercicios muy básico, ella iba gustosa, pero cuando detectaron su talento le cambiaron a la entrenadora, era más disciplina, Alexa a veces lloraba, me decía que ya no quería ir, pero como pagaba de manera cuatrimestral le decía que se esperara y luego decidía si quería seguir, así me la llevé hasta que llegó un momento en el que ya no le tuve que preguntar, Alexa se había enamorado de la gimnasia, le empezó a gustar”, relata.
Lo que empezó como un juego cambió años después: “Cuando se dieron cuenta que Alexa podía ir a otros niveles empezó a salir a nivel internacional, siempre le fue bien, nosotros no pensábamos en eso, ella tenía 15 años y fue a Australia, comenzó a competir con gimnastas de alto calibre, sorpresivamente ganó una medalla de plata, para ella misma fue una sorpresa, entonces nos dimos cuenta de que había posibilidades de ir más lejos, y empezó a pensar en el sueño olímpico”, revela.
Nos extrañó la calificación de los jueces, le pusieron números bajos, pensábamos que había la posibilidad de la medalla de bronce y no se dio, nos quedó esa sensación de que merecía el tercer lugar”
YENDERINA MEDINA
MADRE DE ALEXA MORENO
Yenderina también es alegre,. Lo único que le borró momentáneamente el entusiasmo fue el cuarto lugar en Tokio. Ella sintió que la medalla era de Alexa.
“Estábamos en la casa muy emocionados, fue triste no poder acompañarla, si le va bien nos gusta celebrar con ella, pero cuando le va mal la apoyamos, entonces nos quedó esa congoja, estábamos con el alma en un hilo, vimos sus saltos y lo hizo bien, nos extrañó la calificación de los jueces, le pusieron números bajos, pero cuando vimos que la coreana tuvo un error pensábamos que había la posibilidad de la medalla de bronce y no se dio, nos quedó esa sensación de que merecía el tercer lugar”, recuerda. /