Construcción del modelo de la "vivienda popular"
Descubre la manera en que, hace ya casi 60 años, justo cuando más era necesario, la COPARMEX asumió el reto de provisón de casas de manera colectiva, logrando un éxito rotundo
JORGE CARRERA Y GASTÓN FOURZÁN
ARQUITECTOS PROFESIONALES
“Sin lugar a dudas el ejemplo más interesante… de un conjunto habitacional [como la actual Unidad Chihuahua] destinado (...) para obreros y empleados... materialización de la responsabilidad social del capital (de empresarios)”.
La Segunda Guerra Mundial (1939-45) provocó que Estados Unidos solicitara a México una gran cantidad de materias primas y de mano de obra. Con el fin de la guerra, la reconstrucción europea reforzó esta tendencia inédita de demandar materiales y brazos. Los famosos braceros, la exportación de carne de calidad, de algodón ultra fino y de productos silvícolas procesados, entre otros, llevaron a Chihuahua a un nuevo desarrollo económico que hacía recordar los periodos de crecimiento industrial del Porfiriato, a principios de siglo.
A inicios de los 60, los braceros regresaron a casa y la demanda de materias primas comenzó a descender. La población crecía mucho sin campañas de natalidad. Además, la exportación de bienes creó carencias en los mercados locales. Entonces, los insumos para la construcción eran demasiado caros y no existían esquemas de vivienda popular como el INFONAVIT. Así, los empresarios, en especial los afiliados a COPARMEX, buscaron soluciones a este problema.
ALGUNAS RESPUESTAS DE EMPRESARIOS SOCIALES
Ya desde los años 50, algunas de las grandes empresas habían generado esquemas de apoyo a los obreros en materia de vivienda y alimentación. Se aprovechaba un ordenamiento fiscal del presidente Lic. Adolfo Ruiz Cortines, para financiar a cuotas módicas la vivienda de los trabajadores. En ese tiempo El Heraldo destaca especialmente a las empresas Cementos de Chihuahua, dirigida por Víctor Manuel Cruz Márquez y Mueblerías Villarreal, de Lázaro Villarreal Guevara, líderes connotados del sector.
El presidente Adolfo López Mateos, a fines de los 50, lanzaba un reto-invitación al sector empresarial para atender el problema de la vivienda obrera. Para esos años se consideraba que Chihuahua requería 800 nuevas casas anualmente, de las cuales, la mayoría eran solicitudes del sector obrero y, además, sólo se cubría el 25 % de la demanda. Una primera respuesta fue encabezada por Humberto B. Raynal, Roberto B. Saldívar y Salvador Jalife, con Constructora Popular S.A., que introdujo nuevos diseños, materiales y esquemas adecuados de financiación.
LA COPARMEX Y LA VIVIENDA DE LOS TRABAJADORES LOCALES
La COPARMEX asumió el reto colectivamente. En páginas de El Heraldo de 1962, leemos los pronunciamientos del Centro Patronal (hoy día COPARMEX Chihuahua): “El problema de la vivienda popular para la clase trabajadora deberá ser resuelto por todos los sectores activos de la comunidad y es responsabilidad ineludible de los empresarios, esforzarse en la medida de sus posibilidades por dotar a sus empleados de habitaciones decorosos y confortables.”
En otra nota se afirmaba: “El Centro Patronal de Chihuahua señala, que la iniciativa privada, trabajando cordialmente con la acción oficial, va a encuadrar el impulsar las fuerzas vivas del país, dentro de la cruzada en favor de una decorosa vivienda popular para el mexicano”. Los dirigentes del Sindicato Patronal eran entonces: Leopoldo Mares Paredes, presidente; Manuel Castro, Secretario; Ramiro Uranga Gill, tesorero; y Raúl Miramontes, pro Tesorero.
LEOPOLDO MARES E HIJOS
El ingeniero Leopoldo Mares Paredes, nos platica que su abuelo Leopoldo Mares de la Fuente, el primero, vino a Chihuahua procedente de Ramos Arizpe, Coahuila, antes de la Revolución. El primer comercio que montó, junto con otros socios, se llamó El Tranvía. Lamentablemente, los panchólares villistas y los bilimbiques carrancistas dieron al traste con las finanzas de aquella empresa, por lo el Sr, Mares que tuvo que ir al Paso, Texas a buscar nuevas opciones. No obstante, al año regresó a Chihuahua y levantó el almacén Leopoldo Mares e Hijos.
Leopoldo Mares Paredes, don Polo, conoció de joven el negocio de su padre. Convenció a don Juan Muñoz Terrazas, hacia 1953, que construyera un local exprofeso para comenzar en Chihuahua el modelo de los supermercados que había conocido en México.
Además de innovar en la gran distribución, se le reveló una tendencia altruista que le llevó a participar en cámaras y asociaciones: CANACO, CANACINTRA, COPARMEX, USEM y, más tarde, DESEC. Igualmente se desempeñó en clubes de servicio como los Sembradores de la Amistad y, por supuesto, en el Instituto Chihuahuense de Estudios Sociales, por los años en que presidió COPARMEX. Invitado por Ramiro Uranga Gill, don Leopoldo Mares dirigió un proyecto importante de vivienda popular que dejó huella en Chihuahua.
EL COMITÉ DE VIVIENDA DEL INSTITUTO CHIHUAHUENSE DE ES
A principios de los 60, vendría un proyecto encabezado por Leopoldo Mares Paredes, quien participaba en el Instituto Chihuahuense de Estudios Sociales, como presidente del Comité de Vivienda. Creó la Sociedad Impulsora de la Vivienda Popular y buscó el apoyo del alcalde Ortiz Raynal, del gobernador Práxedes Giner y del Secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena.
Este último estudió el plan y autorizó el crédito correspondiente. Tres aliados clave de un proyecto que se proponía construir mil viviendas para igual número de familias.
La empresa consiguió terrenos a precio verdaderamente mínimo y propuso un sistema de pagos a 15 años que cubría solamente el costo de construcción. Los trabajadores de las empresas afiliadas al ICHES podían obtener una casa, registrándose en un sorteo.
La Unidad Chihuahua era el piloto de un programa más amplio para otras áreas de la ciudad. E incudablemente que el esquema constituyó un modelo nacional de edificación popular exitoso, con la cooperación de los tres sectores: obrero, empresarial y gubernamental, que antecedió al INFONAVIT.