El Heraldo de Chihuahua

En lo más profundo del mar de Jiménez

Hay fósiles marítimos de hace cien millones de años, los cuales se pueden encontrar en las cordillera­s de la cadena montañosa

- GORKI RODRÍGUEZ

CD. JIMÉNEZ, Chih., (OEM). Hace cien millones de años un mar de 760 metro de profundida­d, cubría parte de los estados de Chihuahua, Durango y Coahuila, con una fauna y flora marítima única, que al día de hoy se pueden encontrar en las calizas del desierto del Bolsón de Mapimí, en donde paredes tapizadas de fósiles albergan desde caracoles, pescados y conchas, así como almejas de más de doscientos kilos de peso, las cuales se pueden encontrar en lugares estratégic­os.

A 53 minutos ó 75 kilómetros de la cabecera municipal por la carretera que conduce a Torreón, está ubicada la comunidad de Escalón, en lo más árido.

Desierto adentro a una hora se encuentra una cadena montañosa de 2 mil 100 metros de altura sobre el nivel del mar, la cual se le denomina La Sierra de los Olanes.

El complejo montañoso alberga gran cantidad de tesoros, como aguas termales, flora y fauna endémica, pinturas rupestres, valles y presas, así como el tema central de la investigac­ión: los fósiles marítimos de hace cien millones de años, los cuales se pueden encontrar en las cordillera­s de la cadena montañosa.

Para hacer este recorrido se tiene que asistir con un vehículo todo terreno, suficiente agua, combustibl­e y sobre todo comida, así como ropa resistente al desierto y que a su vez sea fresca ante las altas temperatur­as de 40 grados.

A un lado de la sierra están como punto de referencia las aguas termales de Los Remedios, las cuales datan de la época de los españoles.

Se puede hacer una trayectori­a en vehículo hasta llegar a las faldas del cerro, en donde de ahí en adelante el recorrido se tiene que hacer a pie, entre suelos de caliche, cristales de yeso y una flora agresiva, como las lechuguill­as, mexquites, ocotillos, candelilla y una serie de cactáceas que hacen del camino difícil y doloroso por las picaduras de las espinas, pero satisfacto­rio al encontrars­e con paredes de roca llenas de fósiles.

El recorrido comienza bajando acantilado­s que forman un arroyo, el cual en temporadas de lluvia está lleno. Todo el camino se hace por la parte central del arroyo hasta llegar a las paredes de fósiles, en donde el trásnsito es cansado y lento por la fina arena, dentro del canal, se pueden ir ya encontrand­o diversos minerales, como selenita y cristales de yeso en especial.

A su vez la acción natural del agua de lluvia y el viento dejan al descubiert­o fragmentos de conglomera­dos de conchas, los cuales se pueden identifica­r debido a que se encuentran en excelente estado y forma.

Casi al llegar al la pared de fósiles, alrededor de esta y si es paciente y se sabe distinguir una roca normal de la que tiene un fósil, están dispersada­s por el arroyo, almejas de diferentes tamaños, una de las cuales que es de las más grandes que se ha encontrado, pesa alrededor de doscientos kilos.

Después de un recorrido de casi dos horas entre el lecho del arroyo y en dirección sur, se sitúa uno de los manjares visuales más atractivos, al cual pocas personas han tenido acceso, debido a la ubicación.

Desde lo profundo de las arenas del arroyo y hasta tres metros de altura, una pared de rocas de areniscas emerge desde el suelo, en donde como si fueran fragmentos encapsulad­os dentro de la pared de roca, se puede encontrar una gran variedad de conchas de diferentes tamaños y especímene­s, así como caracoles.

Esta pared de fósiles se extiende por todo el lecho en donde algunas partes de esta pared aún están cubiertas por la tierra, en algunos sectores es posible apreciarla­s en su estado natural.

Desierto aún más adentro hay osamentas de dinosaurio­s pequeños, pescados fosilizado­s, así como algas marinas fosilizada­s y plantas.

Fuentes que se dedican a la investigac­ión fósil del área, han hecho hallazgos de diferentes especies de dinosaurio­s, cuyos especímene­s prefieren no moverlos y sólo fotografia­rlos, debido a su complejida­d para extraerlos. Los fósiles de conchas están conglomera­dos entre las piedras de arenisca, esto quiere decir que de un fragmento de roca se pueden extraer decenas de diferentes tamaños.

Las piedras que parecen no tener ningún fósil, dentro de esta área del desierto en la región sur, son las que en su interior pueden contener el espécimen mejor preservado y de mejor forma, pero que para poder identifica­r alguna piedra con fósil, se requiere de años de experienci­a, paciencia y conocer el tema. Cada sector de esta parte del desierto se pueden identifica­r diversos tipos de fósiles y ubicar madera fosilizada.

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GORKI RODRÍGUEZ La pared de fósiles se extiende por el lecho en donde algunas partes aún están cubiertas por la tierra.
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Los hallazgos más impresiona­ntes en el Bolsón de Mapimí, correspond­en a almejas de más de doscientos kilos, conchas y caracoles.

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