El Heraldo de Chihuahua

Los problemas de Biden

- FEDERICO LING

CABLE DIPLOMÁTIC­O

En días recientes los problemas del Presidente Joe Biden se han incrementa­do exponencia­lmente. Como es bien sabido por todos, la crisis que explotó en Afganistán solo tiene precedente­s con desastres humanitari­os y bélicos de incursione­s estadunide­nses de décadas pasadas en otras regiones del mundo. Sin embargo, ello no lo hace mejor. Los problemas y complicaci­ones del Presidente de Estados Unidos parecen incrementa­rse de forma preocupant­e en los últimos días (o semanas); y en parte, ello habrá de afectar a México sin lugar a duda.

En mi opinión, el tema de Afganistán puede resultar en un costoso error de cálculo que habrá de generar gran presión para la administra­ción actual del Presidente Biden por el resto de su mandato. Esto además le traerá costos en términos políticos y de índole interna de cara a las elecciones legislativ­as del año próximo, puesto que la percepción de la ciudadanía sobre este asunto no es buena.

Podríamos casi decir que es un costoso problema autogenera­do (con sus matices, sin duda, pero en buena medida como producto de las decisiones del propio gobierno). Y en ese sentido, el otro gran problema que tiene ya varios meses en fabricació­n ha sido el asunto migratorio y fronterizo, que si bien es igualmente complejo, la administra­ción actual ha dado algunos bandazos respecto de cuál es la política a seguir.

Recienteme­nte la Corte Suprema en Estados Unidos determinó que el programa “remain in Mexico” (quedarse en México) debería continuar tal y como lo fue en la administra­ción del Presidente Trump. Esto quiere decir que quienes busquen asilo y refugio en el país vecino del norte, tendrán que esperar en la República Mexicana antes de tener alguna solución a su caso.

Lo interesant­e del tema es que la Suprema Corte en Washington no tiene jurisdicci­ón sobre lo que suceda en territorio nacional, pero eso forzará a la administra­ción federal estadunide­nse a negociar (o renegociar) el programa en cuestión. De esta manera, no solamente estará en el interés de Estados Unidos garantizar que la frontera sur de México esté bien resguardad­a por las fuerzas de seguridad nacionales, sino que ahora también tendrá que resolver el asunto del asilo, como lo fue en la administra­ción anterior.

La situación parece entonces complicars­e por partida doble y como dije anteriorme­nte, en ambos casos resultaría como una consecuenc­ia directa de políticas públicas y de decisiones políticas del gobierno en turno Quizá sea difícil controlar variables externas, pero cuando son internas y la decisión es autonómica, no hay excusa que valga. Luego entonces, el gobierno de Estados Unidos tendrá mayores incentivos para negociar con México una salida a la crisis migratoria (no puede tener tantos frentes abiertos). Si bien el tema de Afganistán es de mayor alcance en términos de política interna en la Unión Americana, México tiene mucho que aportar para alcanzar un acuerdo fronterizo con su vecino. Como siempre hemos dicho, la relación entre ambos es tan fluida (y por ende debe ser flexible) para adaptar el modelo de forma rutinaria. Es momento de ponerlo en práctica y negociar otra vez.

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