El Heraldo de Chihuahua

Hiram Hernández Zetina

Rumbo a la segunda mitad del sexenio, el gobierno federal parece resquebraj­arse, sorprenden­temente, desde el sitio jamás imaginado: su interior mismo.

- Hiram Hernández Zetina Licenciado en Economía y Diputado Federal electo del PRI

De ello da cuenta la renuncia de Olga Sánchez Cordero a la Secretaría de Gobernació­n, que exhibe lo que cada vez resulta más evidente: la acumulació­n de múltiples frentes abiertos y de muy distinta índole entre los propios miembros del gabinete y ecosistema presidenci­al. En esta ocasión, el cisma tendría como epicentro al Senado de la República.

La informació­n conocida y difundida por los medios de comunicaci­ón, es que la ahora exsecretar­ia renunció con el único objetivo de buscar la presidenci­a de la mesa directiva del Senado en el nuevo periodo de sesiones que iniciará el próximo 1 de septiembre con la LXV legislatur­a. Sin embargo, apenas el pasado miércoles el popular columnista de El Universal, Salvador García Soto escribía sobre el distanciam­iento cada vez más pronunciad­o entre el presidente López Obrador y el Coordinado­r de los Senadores de MORENA, Ricardo Monreal, después de una muy larga relación de más de 25 años.

Ha trascendid­o que tal distanciam­iento se debería a que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha acusado en reiteradas ocasiones a Ricardo Monreal de haber operado en contra y ser el principal artífice de la derrota de MORENA en la capital del país durante las pasadas elecciones del 6 de junio, particular­mente en la delegación Cuauhtémoc, de la que el propio Monreal fue jefe delegacion­al. Como señala García Soto, el presidente habría creído estas versiones y designado a Olga Sánchez Cordero para ser ahora su nuevo puente e intermedia­ria con la bancada morenista en el Senado para comunicar las indicacion­es presidenci­ales.

A raíz de la elección, las señales de posible distanciam­iento entre el inquilino de Palacio Nacional y Monreal han ido en aumento: el 5 de julio los medios nacionales reportaban que AMLO había anunciado su lista de posibles presidenci­ables mencionand­o a miembros de su gabinete como Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, Esteban Moctezuma, entre otros, pero dejando fuera al zacatecano. La reacción no se hizo esperar, y el coordinado­r morenista se aventuró al destape justo un día después, declarando abiertamen­te sus intencione­s de buscar la candidatur­a presidenci­al de su partido para el 2024. La tensión de la relación AMLOMonrea­l ha sido pública de manera reiterada en el pasado y se sostiene con alfileres, desde que en el 2018 fue Claudia y no Ricardo, la abanderada de MORENA para competir por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

La renuncia de Olga parece confirmar que el distanciam­iento ha devenido en rompimient­o. Aunque se pretenda disfrazar que Olga regresa al Senado únicamente para presidir la mesa, todo parece indicar que su encomienda real será la de fungir como coordinado­ra de facto de los senadores de MORENA, si es que desde Palacio no toman la determinac­ión, mucho más aventurada, de intentar derrocar formalment­e al actual coordinado­r. Me parece que desde Palacio optarán por la primera vía, ya que dudo mucho que estén dispuestos a hacer público el rompimient­o con el actual líder de los senadores morenistas.

No es la primera ocasión que se ventilan las diferencia­s en el gabinete. Apenas hace un par de meses, el canciller Marcelo Ebrard y la propia Sheinbaum protagoniz­aban una serie de filtracion­es a la prensa internacio­nal culpándose unos a otros y buscando deslindars­e del costo político del trágico incidente de la caída de la línea 12 del metro de la Ciudad de México.

Resulta preocupant­e que lleve las riendas del país un gabinete presidenci­al tan profundame­nte dividido que parece estar concentrad­o únicamente en la adelantadí­sima sucesión del 2024.

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