Se blindan Moscú y Pekín del caos afgano
Junto a Pakistán e India, pretenden implicarse en la región contra el tráfico de drogas y el terrorismo
MOSCÚ. El presidente ruso Vladimir Putin y el chino Xi Jinping desean reforzar su cooperación contra las amenazas del terrorismo y del tráfico de drogas en Afganistán. Los dirigentes discutieron de la problemática afgana durante una conversación telefónica y están listos a redoblar sus esfuerzos en la lucha contra las amenazas del terrorismo y del tráfico de drogas procedente de Afganistán, según la presidencia rusa.
"Es importante restablecer la paz en el país e impedir que la inestabilidad se extienda a las regiones vecinas", añadió Moscú. Ambos presidentes quieren "implicar al máximo" a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que reúne a Rusia, China, India, Pakistán y países de Asia central fronterizos con Afganistán. Habrá una cumbre de esta organización el mes que viene en Tayikistán.
El gobierno ruso, que adoptó una actitud conciliante con los talibanes y pide un diálogo nacional en Afganistán, está preocupada (como China) por la seguridad de las antiguas repúblicas soviéticas en Asia central.
Moscú anunció que entregará armas ligeras y helicópteros a aliados suyos en Asia Central fronterizos con Afganistán en un contexto de temor a posibles accionistas yihadistas tras la victoria talibán.
Las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central, como Uzbekistán y Tayikistán, que sufrieron ataques yihadistas en los años 1990 y 2000, temen el retorno de los talibanes en Afganistán.
Con bases militares en esa región donde tiene gran influencia, Rusia también está preocupada de incursiones de yihadistas afganos, así como del auge del tráfico de opio y heroína en la zona.
Por ahora, Moscú ha adoptado una actitud neutral y abierta con los talibanes, pero al mismo tiempo ha organizado operaciones militares en Uzbekistán y Tayikistán y lo hará próximamente en Kirguistán con países aliados.
Un día antes, Rusia llevó a cabo la evacuación de más de 500 personas de Afganistán, al mismo tiempo que realizaba maniobras militares para sus fuerzas de combate en el vecino Tayikistán.
La salida de EU de Afganistán es un dolor de cabeza para la seguridad de Moscú, que ve a Asia Central como parte de su flanco defensivo del sur y teme que el islamismo radical se extienda por la región.
Putin también dialogó con el primer ministro paquistaní, Imran Khan, con quien acordó coordinar las posiciones de sus países respecto al conflicto afgano.
"Se acordó coordinar posiciones sobre el asunto afgano en los formatos bilateral y multilateral", dice el comunicado difundido por el Kremlin al término de una conversación telefónica entre Putin y Khan.
Según la nota, ambos dirigentes coincidieron en la necesidad de aprovechar más el potencial de la OCS para "garantizar la estabilidad regional. Los miedos de Moscú se concentran en que un flujo de refugiados que pueda desestabilizar la región, la llega de yihadistas entre estos migrantes y el resurgir del tráfico de drogas.
Mientras tanto, China considera ofrecer a los agricultores de Afganistán ayuda con cultivos alternativos a la amapola de opio para tratar de contrarrestar las amenazas a China planteadas por la continuación de la nación de Asia Central dependencia del tráfico ilegal de drogas, informó el medio South China Morning Post.
El tráfico de drogas a base de amapola y metanfetamina sigue siendo la principal fuente de ingresos de los talibanes, según estimaciones de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, y es probable que lo siga siendo con la perspectiva de sanciones internacionales contra el grupo militante.