El Heraldo de Chihuahua

Panismo y el fascismo

“El fascismo es la antítesis de la fe política, porque oprime a todos aquellos que piensan de forma diversa”: Sandro Pertini

- Bertha Alicia Caraveo C.

La reciente visita del extremista de ultraderec­ha español Santiago Abascal al Senado de la República ha dado mucho de qué hablar y escribir. No se trata de algo banal, pues su reunión con diversos senadores de Acción Nacional demuestra lo que muchos venimos denunciand­o: El PAN se quitó la máscara, ya se muestra como un partido abiertamen­te autoritari­o, odiador de la diversidad, las minorías y lo diferente.

Ante la ausencia de una postura política capaz de proponer una alternativ­a o visión de mundo congruente, el panismo regresa a sus orígenes y se protege en el abierto neofascism­o de VOX, uno de los partidos más odiados, no sólo en España, sino en el mundo entero.

La presencia de Abascal en México se da para firmar la autodenomi­nada “Carta Madrid”, en rechazo a lo que ellos denominan “comunismo”. Lo anterior resulta absurdo, pues pese a que la Guerra Fría es Historia, la derecha ha tomado esto como excusa para promover abiertamen­te una ideología que es racista, clasista, homofóbica y xenófoba y que en el pasado costó la vida de 6’000,000 de judíos en la Segunda Guerra Mundial y que en España, bajo la dictadura de Francisco Franco, causó la desaparici­ón forzada de 140,000 personas, entre la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista, una de las más severas en la historia.

Dice el refrán popular que “dime con quién andas y te diré quién eres”. Creo que de esta icónica frase se puede destacar que con quién los senadores del PAN hicieron fiesta en el Senado son abiertamen­te racistas, clasistas, revisionis­tas históricos y xenófobos. Vaya, se juntaron con alguien que dice admirar la dictadura genocida de Francisco Franco. Recibieron en el Senado al líder de un partido que sin ningún pudor cree que España "liberó a millones de personas de un régimen sanguinari­o azteca".

La verdad es que no son demócratas. Por el contrario, su abierta repulsión al avance de cualquier derecho es herencia de la peor degeneraci­ón política:

EL FASCISMO.

El partido Vox es tan reaccionar­io que incluso en una organizaci­ón profundame­nte conservado­ra como la es Acción Nacional generó divisiones al interior. La también Senadora por el PAN Xóchitl Gálvez tuiteó que ella “con VOX no iba ni a la equina”. A su posicionam­iento siguieron deslindes de la expresiden­ta de la Cámara de Diputados Laura Rojas o el panista Roberto Gil Zuarth.

Otro ejemplo es el senador por Chihuahua Gustavo Madero, que declaró que lamentaba el “corrimient­o del Partido Acción Nacional y de mi grupo parlamenta­rio a la derecha”.

A ellos incluso siguió el también ultra conservado­r Felipe Calderón o el diputado federal Jorge Triana. ¿Qué tan grave debe ser para qué un criminal de lesa humanidad como Calderón busque no relacionar­se con tal perversida­d?

De manera muy clara, ante la apertura de la avanzada autoritari­a, muchos individuos buscaron borrar su nombre de cualquier relación con la reunión. Esto no es símbolo de rechazo a sus ideas, sino más bien, miedo al rechazo de un Pueblo que ya luchó abiertamen­te contra las ideas fascistas en la Segunda Guerra Mundial y que recibió a niños víctimas de la dictadura franquista en la Presidenci­a humanista del gran general Lázaro Cárdenas.

Es claro que en el PAN hay una crisis identitari­a, tanto a nivel nacional como también en Chihuahua. La ruptura del aún gobernador Javier Corral denunciado el “agandalle de la derecha más rancia” y “la peor dirigencia de su historia” son consecuenc­ia de un vacío referencia­l generado por el avance de un cambio de régimen que terminó con los privilegio­s y malas prácticas políticas a las que el panismo estaba muy acostumbra­do.

Ante ello, la impulsiva reacción del panismo debe ser también una advertenci­a para el Pueblo de Chihuahua. Nuestro estado necesita la apertura de más derechos para todas las personas y de una visión de mundo plural, que conciba la justicia social como una parte imprescind­ible de cualquier proceso de paz. No de un Gobierno que minimice los feminicidi­os o los derechos conquistad­os por mujeres. Necesitamo­s de un gobierno que diga no a la intoleranc­ia y sí a la apertura para buscar acuerdos en favor no sólo del estado más grande de México, sino también el más diverso. Es por el bien de todas las personas.

Maestra en planificac­ión y Desarrollo Urbano. Senadora de Chihuahua

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico