Balance a medio camino
Me refiero a la estrategia general para alcanzar el gran objetivo de hacer de México una nación más justa e igualitaria. Todo mundo ve y oye lo que el presidente hace explícito con sus palabras, cuando nos habla una y otra vez que los logros de su gestión se han materializado gracias a la cruzada que mantiene, sin tregua contra la corrupción, en todas sus manifestaciones.
Al respecto aquí tenemos otro giro profundo en el comportamiento de un gobierno que, con la honrosa excepción de Juárez en el siglo XIX y Cárdenas en el XX, los mexicanos nunca conocimos. De hecho, algunos distinguidos, pero muy errados pensadores, nunca se cansaron de alegar que la naturaleza del mexicano estaba muy vinculada a la corrupción, a la mordida, al robo y que en parte por esta razón los gobiernos corruptos eran muy afines a nuestra idiosincrasia.
Sin embargo, dos años y meses han bastado para demostrar que nuestro pueblo sí puede convivir con un gobierno honesto y honrado, y que AMLO es el mejor ejemplo de un gobernante comprometido con este propósito, al punto de que esta cruzada contra la corrupción no tiene regreso, pues nuestro presidente ya ha cimentado, con su ejemplo, las primicias de una nueva cultura, centrada en el respeto a los derechos de todos las mexicanas y mexicanos.
Pero hay más: AMLO también tiene otra estrategia para contener la voracidad de los mercados, conoce bien aquel principio que estableció Eduardo Galeano,
cuando comentaba que “los mercados libres son como los barcos piratas: cuanto más libres, son peores”.
En este ámbito, sólo basta recordar lo que ya comentamos: Nuestro presidente encabeza una batalla, sin descanso, para recuperar los salarios y para reformar un régimen de contrataciones, centrado en el “outsourcing”, que pisotea los derechos laborales más sagrados de millones de mexicanos.
A todo esto se suman las múltiples acciones para limitar los atropellos de un mercado sin control, en el que los monopolios y los cárteles asfixiaban y saqueaban el bolsillo de todos los consumidores. Entre estas acciones, una que no tiene reversa es la estrategia de acabar con los abusos del pulpo farmacéutico, que lucraba, sin piedad, con la salud los mexicanos.
No tengo duda: Todas estas reformas, cambios y transformaciones son profundas y ningún gobierno en el futuro tendrá la opción de liquidarlas. En verdad ya estamos viviendo en una sociedad que marcha, para bien de todos los mexicanos y mexicanas, sin excepción, hacia una transformación profunda.
Ingeniero Electromecánico por el ITCJ y diputado federal por Morena