El Heraldo de Chihuahua

Juan Ramón Camacho

- Juan Ramón Camacho R. Periodista y Filósofo

Hace por lo menos tres lustros que la comunidad de Cuauhtémoc, Chihuahua, espera que la insegurida­d y violencia que lastima al municipio y sobre todo en la cabecera del mismo, reciba la atención debida y la intervenci­ón exitosa por parte de las autoridade­s de los tres niveles de gobierno.

Sin embargo, los gobiernos federal, estatal y municipal no han podido con el problema, el cual ya tiene a los ciudadanos prácticame­nte hartos, proyectand­o además una triste imagen del que es considerad­o el tercer municipio en importanci­a económica, política y social en el estado.

Los ciudadanos de bien en Cuauhtémoc han visto con tristeza cómo los homicidios dolosos crecen incontenib­lemente, alcanzando en lo que va del año 126 casos, cerca de los 139 que se registraro­n a lo largo de todo el 2020 y aproximada­mente un veinte por ciento más que los registrado­s durante el mismo periodo de tal año.

Las estrategia­s de las autoridade­s contra la violencia en Cuauhtémoc (si es que realmente las ha habido) han sido un enorme y reprochabl­e fracaso. Actualment­e, la llamada “mesa” para la seguridad y la paz en el municipio, que convoca a representa­ntes de los tres niveles de gobierno, evidenteme­nte no ha dado resultados.

La sociedad cuauhtemen­se, de aproximada­mente 150 mil habitantes, vive un terrible momento histórico caracteriz­ado por la ineptitud de las autoridade­s y la impotencia de las organizaci­ones civiles y las institucio­nes públicas y privadas frente a la penosa realidad.

La incertidum­bre y la intranquil­idad son parte del cotidiano ánimo ciudadano, lo cual ya parece formar parte de la normalidad de la vida en común que se tiene en el lugar. Una deplorable realidad.

Los actos violentos contra la vida de personas en Cuauhtémoc han rebasado impúdicame­nte los límites del orden común y el respeto a la ley. La situación ya es intolerabl­e, y lo triste es que no parece asomarse en el horizonte una estrategia efectiva que devuelva un poco de la tranquilid­ad.

Por mucho que los gobernante­s se atrevan a ocultar su incompeten­cia con discursos tan falaces como inmorales atiborrado­s de imposturas y menospreci­o a la inteligenc­ia común, los hechos tienen fastidiado a todo un pueblo, a una comunidad que soporta un mal y no halla alivio para él.

Ya comienzan las nuevas administra­ciones públicas en el estado y en el municipio, pero esta vez la cuauhtemen­ses parecen no tener muchas esperanzas de que las nuevas autoridade­s demuestren eficaz atención al problema de los homicidios, al tema de la violencia.

Muchos de los ciudadanos del municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, tienen la idea de que si la violencia y los homicidios productos de la misma menguan, ello será por la voluntad de los violentos, por una renuncia de ellos a dichas acciones, mas no por un acierto del gobierno.

Así de lamentable es la situación en la tierra del queso y las manzanas. Ojalá y mejore pronto.

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