Jóvenes violentos, por hogares disfuncionales
Tras el caso de un menor que habría asesinado a su familia, destaca criminólogo, una cultura de intolerancia e irrespeto
El triple homicidio perpetrado presuntamente por un menor contra sus padres y su hermana el pasado 19 de septiembre en la colonia Palestina está relacionado con la descomposición familiar y social, pues siete de cada diez hogares son disfuncionales o están desintegrados, afirmó el investigador en criminología, maestro José Carlos Hernández Aguilar.
En este sentido, el experto señaló que los menores que cometen crímenes con un alto grado de violencia lo hacen para llamar la atención de las figuras de autoridad, y mientras más atroz sea el crimen, más placer les produce.
Además alertó que cada vez se dan más casos de menores de edad que cometen crímenes, y éstos seguirán en aumento por la fuerte intolerancia de muchos niños y jóvenes ante cualquier autoridad.
“Es un cóctel de factores que se dan, pero podemos destacar la cultura del irrespeto, la disfuncionalidad de los hogares, la influencia de videojuegos, series y demás material violento que se replica”, señaló.
A su vez, el director del Buró de Investigación Criminológica, José Corral Lozano, manifestó que el consumo de drogas podría ser el factor preponderante en el triple homicidio perpetrado.
El entrevistado señaló que en específico la droga conocida como cristal desquicia a quienes la consumen, y los lleva a un delirio de persecución cuando atraviesan el periodo de abstinencia.
Aunque pueden existir otros factores, como el resentimiento familiar, este tipo de hechos generalmente ocurre tras el consumo de drogas que provocan que la persona “salga de sí misma”, aunque también podría tratarse de alguna patología o trastorno mental del presunto responsable, mismo que habrá de determinarse en el proceso.
El investigador en criminología, José Carlos Hernández Aguilar, señaló que en la actualidad siete de cada diez familias viven en desintegración o son hogares disfuncionales, lo que ha provocado que haya niños y adolescentes con resentimiento y odio social, que a su vez llegan a derivar en actos atroces como el homicidio de sus propios familiares.
“Es lo que se llama atrocidades humanas, los menores en esta situación llegan a cometer crímenes con extrema violencia, como una forma de llamar la atención a la figura de autoridad, porque entre más impacto tenga en la sociedad, más placer les produce”, aseveró.
Agregó que el “más grande testimonio de la doble moral se palpa en los propios hijos, quienes en muchas ocasiones provienen de hogares disfuncionales o desintegrados y esto abona para que se cultiven o nazcan niños con resentimientos y odio social, sin empatía a la dignidad humana”.
Agregó que los casos en que los menores cometen crímenes, tienen un fondo multifactorial, “cada vez se van incrementando exponencialmente, y sin ser fatalista, irán en aumento por la fuerte intolerancia de menores” a cualquier autoridad, desde la familia.
El experto señaló que en la actualidad muchos tutores, mamás y/ o papás no ponen un freno a sus hijos desde pequeños, aunado a esto los menores presentan estados superlativos de ansiedad.
En gran parte, agregó, se presenta el llamado “síndrome del espejo”, en el que los niños y niñas que pasan horas jugando videojuegos violentos replican lo que aprenden a través de las pantallas, “les parece fácil llegar a cometer lo mismo que ven en los juegos”.
Agregó que a la fecha existe un marcado poder por parte de “la cultura del irrespeto”, a través de un filiarcado (poder contra padres) proveniente de hogares disfuncionales o desintegrados.
“Podemos hablar de que todo esto forma un cóctel de factores detonantes para que se presenten conductas delictivas, incluyendo los homicidios”.
En la actualidad muchos padres y madres no ponen freno a sus hijos desde pequeños, lo que los lleva a estados superlativos de ansiedad