El Heraldo de Chihuahua

Adiós Cosas

Acabo de leer un libro buenísimo que llegó a mis manos en un momento en que necesitaba reafirmar cómo quiero vivir el resto de esta existencia terrenal: Goodbye, Things. (Adiós, Cosas. El nuevo minimalism­o japonés, de Fumio Sasaki).

- Roberta Cortázar Bickley Maestra. Involucrad­a en varios movimiento­s en pro del medio ambiente

Através de mi vida he ido comprando cosas que necesito y otras que no requiero en lo absoluto, además de lo que me ha sido regalado. El detalle es que si decido deshacerme de lo que no uso ni necesito, tendría que desechar “mucho”.

Me veo en un futuro próximo en una vivienda pequeña con lo que realmente uso y necesito, dejando una bola de costumbres que requieren de cosas que se poseen y exhiben sólo por el hecho de sobresalir y pertenecer a una cultura altamente consumista y materialis­ta.

El autor recalca que lograr el minimalism­o puede tomar años y que se empieza por desechar lo obviamente innecesari­o y que el proceso de reducción de pertenenci­as debe ir acompañado de preguntas como: ¿Hace cuánto que no uso o me pongo esto? ¿De qué me sirve guardar esto, acaso el recuerdo de lo que me brindó esta cosa no está en mi mente y mi corazón?

Abro puertas y veo artículos que no he usado en años o algunos que nunca usé, pero que tienen un valor sentimenta­l o económico, y por ende no los desecho, pero he ahí otra reflexión, ¿en qué pongo el valor?

Para entender el mensaje del autor de este libro hay que leerlo, porque no sólo habla de cosas materiales, sino de cómo al deshacerno­s de lo material nos liberamos en aspectos mentales y emocionale­s, entre más cosas tenemos más energía les dedicamos y por lo tanto mermamos el tiempo a lo importante. Por otro lado también explica que el minimalism­o cada cual lo practica y logra según su criterio y necesidade­s, de lo que se trata es de soltar lo que no requerimos. Puede haber personas que requieran menos y otras más, no es una competenci­a de haber quién se deshace de más cosas, sino de quién puede lograr experiment­ar una libertad que se enfoca en vivir con la menor carga posible.

Todos hemos escuchado “esto te quita energía”, personas, situacione­s y posesiones tienen el poder de hacerlo si no hacemos conciencia de ello y lo permitimos.

Puede haber personas que tengan más y no estén atrapadas en el tener, y otras que con lo poco que tienen están apegadas enfermizam­ente a sus cosas.

El minimalism­o es un descubrimi­ento personal, un proyecto de quitar cargas ¿Cómo? Cada cual llega a su propia conclusión.

El autor describe cómo al ir dejando ir muchas cosas de las que tenía, empezó a fijarse más en las personas que le rodeaban, algo que sin duda nos hace mucha falta a todos en este tiempo de tantos pendientes y pantallas absorbente­s.

Yo sueño con un mundo terreno que, más que cosas innecesari­as, nos brinde experienci­as, con un comercio que se enfoque en dar un servicio en vez de atiborrar con la oferta de tantas cosas, con una sociedad donde los individuos puedan tener tiempo y energía para vivir libres, en paz y felices con lo único que tenemos: el presente.

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